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Llegué a la discoteca a las 8:00 pm, y vi a Gustavo con sus amigos en la barra.

-Hola Gustavo...

-¡Hola Claudia! ¡Te ves hermosa!

-Gracias...

A las finales... le hice caso al pervertido.
Usé el vestido azul.

Es extraño que le haga caso a un persona, que ni siquiera conozco.

-Bueno, te presentaré a mis amigos... ellos son, Pedro, Luis y Jason; y ellas son Thalia y Karín.

-¡Mucho gusto!

-Igualmente.

Respondieron.

Todos ellos estaban en la escuela, pero la verdad, no los conocía.

-Bueno, ¿Quieres un trago, Claudia?

-Bien... una... piña colada...

No sé de tragos.

Luego de tomarla, empezamos a hablar de muchas cosas, como las actividades de la escuela o incluso sobre la vida de cada uno, para conocernos mejor.

Al rato, fuimos a la pista de baile.
Yo comencé a bailar con Gustavo mientras sus amigos repartían parejas entre ellos.

Fue una música movida, pero estábamos muy juntos, algo que me ponía un poco nerviosa.

-Gracias por venir.

-Gracias por invitarme...

-Eres tan hermosa, Claudia. Más que tu amiga...

En eso empezó a tomar mi cintura y acercó sus labios contra los míos, sin previo aviso, y los besó.

No me dio tiempo a reaccionar; decidí seguirle la corriente.

Era un buen beso, pero lo que mató la pasión era que olía a mucho alcohol.

Él bajó más sus manos y lo detuve antes de que llegara más allá de lo que debía.

-Gustavo... vas muy rápido...

-Vamos... solo déjame llegar un poco más allá...

-No Gustavo.

Me llevó a un rincón un poquito apartado al centro de la pista de baile.

Él volvió a besarme y tomó mis manos pero en solo un momento, las soltó y puso su mano donde no debía.

-¡Déjame!

-Tranquila.

Dijo con firmeza.

Me aparte de él y le tire una bofetada.

-Vamos Claudia, la pasaremos bien, no te hagas la difícil... Te haces de rogar.

-No me jodas, Gustavo.
¡Estás ebrio!

Salí de ahí lo más rápido que pude y llamé a Jennifer.

Por más que marcaba, ella nunca contestó.

Seguro la muy... estaba cogiendo con Sebastián.

Eran las 12:00 am, y si soy sincera, me daba miedo estar afuera de noche, así que intenté buscar un taxi, pero no lo encontré.

Nada de nada. ¿Pueden creerlo?

Maldecía todo, maldito Gustavo, maldita noche, maldito... ''chico cualquiera'' por hacerme venir con este vestido tan provocativo.

En eso sonó mi teléfono.

Chico Cualquiera: Confía en mí.

Claudia: ¿Tú? ¿De qué hablas?

De repente, llega un taxi negro.
El conductor pide que me suba.

Chico Cualquiera: El taxi te llevará a tu casa.

Claudia: Joder, tengo miedo de terminar violada...

Chico Cualquiera: No terminarás así, tonta...

Claudia: Ni siquiera te conozco...

Chico Cualquiera: ¿Prefieres quedarte vestida así, a esta hora? Créeme, ahi sí terminarás violada.

Lo pensé unos segundos, era un barrio horrible.

Claudia: Ahora subo.

Chico Cualquiera: Ahora cuéntame que sucedió.

Claudia: Bien, pero solo por qué me estás ayudando para volver a mi casa.

Espero terminar antes de ser "violada".

Mátenme.

Hola Claudia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora