CAPÍTULO 22

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Una vez que Alex salió de la fábrica se quedó unos segundos mirando al suelo, respiró hondo y tomó su celular. Miró una foto en la que aparecían él y Becca abrazados, ese día había sido uno de los mejores para ambos, un día de campo solamente entre ellos dos.
Sonrió con nostalgia al recordar aquello, dejó de lado aquella imagen y buscó a Becca entre sus contactos, estuvo a punto de presionar el botón para llamarla, pero Milton apareció.

—Hola amigo, ¿qué pasa? —preguntó al verlo tan triste.

—No puedo concentrarme en otra cosa que no sea Becca, la necesito.

—¡No seas ridículo! —exclamó sacudiéndolo. —No te comportes como esos idiotas que llaman a sus ex novias sólo porque están ebrios y dolidos.

—Eres cruel.

—Soy honesto. Amigo, sé lo que necesitas ¡y se llama alcohol! —levantó su vaso en alto, pero Alex seguía igual. —Amigo escucha, sé que te sientes mal, pero este no es el mejor momento para hacer algo estúpido, mejor espera a estar sobrio, y a que yo esté a tu lado para hacerlo. —Alex sonrió.

—Gracias amigo —.Alzó su puño cerrado ante él. Milton chocó su puño y ambos rieron.

—Anda, ve a casa, mañana vemos que pasa. —Alex asintió y comenzó a caminar rumbo a su casa.
Milton bebió lo último que restaba de su bebida y cuando se disponía a entrar, Zoey apareció.

—¿Y Alex?

—Se sentía mal, así que fue a casa. —Zoey corrió a prisa para alcanzarlo.

—¿Y qué tal tú Milton, estás bien? Seguro Zoey gracias por preguntar, nunca nadie. —se dijo a si mismo y volvió a la fiesta.

Alex caminaba por las oscuras calles de la ciudad, hacía bastante frío, y no había ni un alma presente, hasta que nuevamente comenzó a sentir que alguien lo seguía, tomó su bastón, lo tenía oculto en su bolsillo. Volteó con rapidez y cuando estuvo a punto de sacarlo y lanzar un contundente golpe, Zoey atrapó su mano.

—¿Zoey, qué haces tú aquí? —preguntó sorprendido.

—Lo mismo te pregunto, qué te ocurre, estábamos completamente tranquilos y felices en la fiesta y de la nada te vas, mínimo un adiós ¿no crees? —se veía bastante molesta.

—Escucha, no me ocurre nada, sólo... necesito pensar algunas cosas.

—¿Es por Becca no es así? —preguntó  con la mirada baja.—Aún sigues enamorado de ella —Alex no respondió nada.—Maldición.

—¿Por qué te pones así? Ni siquiera te agrado, ¿por que de repente te interesa lo que piense? —Zoey lo miró con un semblante entre la furia y la tristeza.

—¿Que no me agradas? ¿Qué te hace pensar eso? Que tal si es todo lo contrario, que tal si en verdad me importa lo que te ocurre, tal vez piensas que no me importas, ¡pero si tan solo supieras lo que siento por ti no estarías diciendo todas esas estupideces! —estalló con lágrimas en sus ojos, se volteó llorando. Alex se quedó sin palabras, camino lentamente con ella.

—Zoey... —intentó mirarla.

—No me toques, eres un idiota —le respondió entre sollozos.

—¡Que romántico! —exclamó una voz entre la oscuridad. Ambos miraron en todas direcciones buscando a quien había hablado, Dagger emergió de entre las tinieblas portando su lanza, la cual aún tenía salpicaduras de sangre en su afilada hoja. Ambos se quedaron completamente horrorizados, no sabían si lo que veían era real o una espantosa pesadilla de la cual deseaban salir de inmediato. Alex desenfundó su bastón y lo miró completamente enfurecido.

LOS PROTECTORES: Los Nuevos Héroes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora