Capitulo III.

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Emma.

Lo odio. - pensé después de dar un portazo y adentrarme en la habitación. Me quité la chaqueta y la arrojé sobre el sillón que se encontraba contra la pared frente a la cama. Tiré los zapatos por algún lugar y me tumbé de espaldas sobre la suave sabana blanca.

Joder. Joder. Joder. Ahora no sólo perdí el auto sino que también tengo que trabajar ahora.

Que asco de noche.

La mochila. - Pensé levantándome de golpe y mirando a mi alrededor. ¿Dónde carajos la habré dejado?. Me paré y fui hasta el sillón y lo removí. Pero nada. No estaba. Eso significaba que la dejé dentro del jodido coche.

Nooooo- grité mentalmente. Eso no me puede estar pasando a mi. Patalee el suelo haciendo una rabieta. Pareceré una cría pequeña pero en este momento no me im.portaba.

Me detuve, y una idea se paso por mi mente. Travis. El pudo haberla agarrado. No creo que haya dejado veinticinco mil y ninguno se haya fijado antes de bajar del Audi.

Agarré el móvil que estaba sobre la cama y me puse a escribir rápidamente:

-Joder Baker... ¡Dime que tienes el maletín!

Pasaron unos segundos sin que contestara y yo ya estaba entrando en crisis mental.

De pronto la pantalla se encendió, y yo, casi sin uñas, me fijé en el pequeño icono que decía "Tiene un mensaje nuevo" donde mi salvación de sacar a mi bebé y no trabajar estaba. Lo abrí y sentí como el corazón me dejara de latir y la visión me fallara.

-¿Qué? ¡NO! Pensé que la habías tomado tu, Emma. Pero si no es así eso significa...

-Que quedó dentro del auto. - le respondí con dedos temblorosos. Tengo dinero bajo la cama, pero eso es para las carreras o situaciones importantes. Y sé que esta lo es... pero Joshua sabrá que no trabajé y me hará trabajar el doble, y no podré ir a los entrenamientos de balonmano como tampoco al bowlling o al bar con los chicos y no veré a nadie, y no saldré jamás y moriré sola en esta habitación y...

Inhalo, exalo, inhalo y exalo.

Después de haberme calmado me senté sobre la cama y, con los codos en mis rodillas, agarré la cabeza entre mis manos y comencé a pensar en lo ocurrido esa noche.

Demonios, que noche. - Y con toda razón, las comisuras de mis labios se elevaron al pensar en como le gané a Thompson, otra vez, pero lo más increíble es que íbamos a la par, pero a último momento hice derrapar su auto y David quedo detrás mío, por lo tanto el dinero fue mio, luego la policía, y pues, así terminó mi noche.

Mi sonrisa decayó al acordarme de las palabras de Joshua, ¿Qué pasa si te hubiera pasado algo?¿Has pensado siquiera un maldito segundo en Emily..? - Si él supiera... maldita sea, siempre busco su bienestar, cada vez que cierro los ojos o hago alguna estupidez, pero no puedo dejar de ser quien soy, sé que soy la oveja negra de los Collins, y que no soy la hija que él hubiera querido, pero no es justo que siempre que me pillen lo saque a la luz.

Me levanto y negando con la cabeza me dirijo al baño y me pongo mi pijama. Unos short blancos con una camiseta roja de Travis que se la robé una de las tantas veces que fui a su casa luego de una fiesta. Después de cepillarme los dientes y desmaquillarme, me acosté y cuando las mantas me cobijaron dando su calor y suavidad, caí a los brazos de Morfeo.

★★★

Ya pasaron más de dos días desde que los vecinos llegaron, y aún tengo aquellos malditos ojos verdes marcados en la mente. Estaba más que bueno aquel chico, y era imposible que fuera real, pero lo era, los vi hace un rato al salir de casa para ir al instituto, y si nos hubiera comprobado juraría que me los imaginé ese sábado a la mañana.

¿Ella? Soy yo. (Pausada Temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora