Lily
El viernes por la mañana me levanté tempano, me duché sin prisas, busqué mi pantalón blanco raído, una camiseta de tirantes con estampado de flores y una torera vaquera. Me agarré las convers negras y bajé las escalera de dos en dos y fui directamente a la cocina. Hoy Jake viene a desayunar con nosotros y aunque a papá no le guste mucho, es mi novio y lo quiero.
Cuando llego a la cocina me encuentro a mi padre y a Gael. Los miro sin comprender durante un largo segundo hasta que mi padre sonríe y me da un beso en la frente. Gael permanece allí, apoyado contra la isla de la cocina con una mirada apacible y una pequeña y casi imperceptible sonrisa en los labios.
-Buenos días, ojos bonitos.-dijo él sin importar que mi padre estuviera allí, lo que hizo que me sonrojara aun más.
-Mi nombre es Lily. ¿Sabes?- pregunté con indiferencia fingida.
-Ya, pero no es tan bonito cuanto tus ojos.
Papá se aclaró la garganta y me dieron ganas de salir corriendo de allí, ningún chico además de Jake se había atrevido jamás a piropearme, sobretodo porque Jake jamás le habría dejado salir vivo tras hacerlo.
-Hoy Gael os llevará a clase...- empezó a decir mi padre y me miró como si esperara que saltara de felicidad o algo, como lleva haciendo Em toda la semana cuando algo que hace Gael nos involucre.
Últimamente no intenta ocultar que le gusta y no sé si eso es bueno o malo...Cuando se trata de Em uno nunca sabe lo que trama.
-Jake pasará por mi, pero estoy seguro de que Gael puede apañárselas con Em.- digo y luego suelto una carcajada al ver la mueca de Gael.
Segundos después sonó el timbre y pude oír los pies de Em que corría por la planta superior.
-¡Voy yo!-gritó ella.
Arquee una ceja, era obvio que no tenía la mínima idea de que Gael ya estaba allí. Pasé por su lado y fui hacia la nevera en búsqueda del pastel de limón que había hecho papá ayer en la tarde.
-Lily, el idiota de tu novio ya está aquí. -anunció ella entrando a la cocina. Vio a Gael y acto seguido una gran sonrisa se asomó a sus labios.- Hola forastero.
Detrás de Em apareció Jake, con su chaqueta del equipo de fútbol, jeans oscuros y una gorra que ocultaba su maravillosa maraña de pelo rubio.
Sus ojos azules se desplazaron de Gael a mi, y luego a mi padre y luego a mi otra vez.
-Hola, nena. - me saludó con un fugaz beso en los labios.
-Señor Collins.-Dijo a mi padre, quien le miró e inclinó la cabeza a modo de saludo.
-Jake.
Papá puso un plato de más en la mesa y empezamos a desayunar.
Jake y mi padre no tenían una relación perfecta, pero en cierto modo era esperarse, soy su pequeña y solo intenta protegerme.
Jake, Em y Gael hablaban de fútbol mientras que yo intentaba seguirles. No es que sepa mucho del asunto, y tampoco veo ninguna emoción en ello, tras el desayuno, Jake y yo nos fuimos dejando a mi hermana y al vecino solos.
-Queda poco para San Valentín.- comento poniendo los pies sobre el salpicadero.
-Baja esos pies, anda.- me reprocha Jake dándome un suave apretón en la nalga izquierda.
Pongo los ojos en blanco y los quito.
-He reservado un hotel fuera de la ciudad, tendremos una noche perfecta, tranquila.
Sonrío de lado y me giro hacia la ventanilla.
Jake y yo llevábamos saliendo dos años y aún no lo habíamos hecho, no que no hubiéramos experimentado... pero jamas llegamos a... ya me entendéis, no porque él no quisiera pero hasta el momento no me había sentido lista, ahora estaba más segura sobre esta relación y era justo por eso que habíamos planeado hacerlo en San Valentín, un día especial para algo muy especial.
-Ojos bonitos.- oí en mi cabeza.
¿Era normal que no pudiera dejar de pensar en el chico nuevo? ¿Era normal que ese apodo tan irritante solo quedara bien si lo decía él? No, no era normal, de hecho, debía dejar de pensar en él, tenía novio, y estaba muy feliz con él. Así que solo debía dejar de pensar en él, aunque lo iba a tener difícil.
-¿Qué haces aquí? - pregunto nada mas abrir la puerta y verle con esa sonrisa sexy y seductora.
-He estado observándote y me he dado cuenta de lo que mucho que te gustan los dulces...- la sonrisa se le ensancha y tiende hacia mi una caja blanca.-Te he hecho una pastel de terciopelo rojo con chocolate.
Miro la caja con el ceño frunzido y me cruzo de brazos.
-¿Qué quieres?- pregunto desconfiada, aun sin coger la caja que me tiende.
Gael se ríe y niega con la cabeza.
-Solo intento ser un buen vecino, ojos bonitos.- me guiña un ojo.
Sonrío ampliamente.
Cojo la caja con delicadeza y me acerco más a él.
-Me llamo Lily y...- acerco mi cara más a la suya.- el rollo del buen vecino no funciona conmigo.
Tras decir esto, y aun con la caja en manos, cierro la puerta en sus narices.
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¿Ella? Soy yo. (Pausada Temporalmente)
Novela JuvenilDos hermanas, dos vidas distintas pero un problema en comun. Gael Burns.