Prólogo

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Eran las siete de la noche en una pequeña ciudad, algunas personas se encontraban divirtiéndose en cada uno de los establecimientos que estaban abiertos; sin embargo también habían otras personas, personas que preferían pasar el tiempo en la comodidad de sus casas en lugar de salir.

En una de las casas de esa ciudad madre e hija leían un libro, ambos eran de amor, pero como es bien sabido el amor tiene diferentes caras.

Cuando la hija de aquella mujer aprendió a leer se le fueron dados libros sobre historias de amor, ya sea de princesas o pequeños relatos sobre como el amor puede ser tan fuerte. Para la madre de ella no era novedad que su hija se inclinara más por historias con final feliz y amor de por medio, pues en el fondo, ¿quién no querría eso?

Pero esa noche todo cambio, la pequeña niña de a penas diez años, ya estaba cansada de las típicas historias de amor.

-Mamá, ¿podrías contarme una historia?- la pequeña se acercó hacia la mujer mayor y subió junto a esta en la cama, arropándose con las cobijas de la misma.

-Claro mi pequeña, ¿de qué quieres que sea?- la mujer se acomodó las gafas, dejó un libro rojo sobre el buro y posó un brazo sobre la espalda de la pequeña.

-No lo sé, una historia de amor supongo. Pero quiero algo nuevo, algo que casi nadie haya escuchado- la niña le mostró una gran sonrisa llena de inocencia.

-Entonces dejame contarte una historia en la que el inicio no es nada fuera del otro mundo e incluso puede que el transcurso de la historia en si, lo sea mucho menos, pero el final, bueno eso nunca se sabe.

La pequeña se acomodó entre los brazos de su madre y cerró los ojos para poder imaginar mejor cada una de las escenas que esta describía.

AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora