Kikyou e Inuyasha estaban destinados a amarse, eso era muy seguro. Como yo soy la reencarnación de la antigua protectora de la Shikon no Tama, ¿también mi destino será quedarme al lado de Inuyasha?
Cuando me dirigí a una cascada lejana a donde est...
-¡Para tu información, yo no preparo el ramen! ¡Lo único que se le hace es echarle agua caliente, estúpido!-
Siempre era lo mismo: Discutir con Inuyasha. Era tanta la monotonía que me estaba empezando a fastidiar a niveles extremos. Además, ¿sería mucho para él dejar de compararme con "ella"? Él estaba a punto de matar el amor que siento hacia su persona
Decidí ignorar el parloteo de Inuyasha y seguir comiendo tranquila. Agradecía que Miroku, Sango, Shippou y Kirara se hubieran ido a vigilar por los alrededores, ya que Sango y Shippou querrían matar a Inuyasha, mientras que Miroku se aprovecharía de la situación para manosear a Sango
-¡¡No me ignores, idiota!!- Ahí exploté
-¡¡Ya estoy harta de que me llames la atención todo el tiempo!! ¡¡Me voy a mi casa y no volveré por dos semanas!!- Recogí mis cosas y estaba a punto de largarme cuando me habló
-Si te vas, entonces dame los Shikon no Kakera-
-¡¡Los fragmentos son míos, estúpido híbrido!!-
Ahora si me estoy pasando, pero se lo merece
-¡¡¿Y por qué son tuyos?!! ¡¡A ver, dime!!-
-¡¡Para que sepas, la Shikon no Tama estaba en mi interior!!-
¡Turn Down For What!
-¿Por qué discuten, Kagome?- Preguntó Sango mientras se acercaba a nosotros y llevaba en brazos a un pequeño Shippou dormido
-Tsk, que se los explique Inuyasha- Dije fastidiada
-Señorita Kagome, se que piensa irse a su casa, pero a dos horas de aquí con Kirara hay una aldea escondida en el bosque, y cerca de ahí hay una cascada. ¿por qué no se dirige allá para despejarse? Así vuelve más pronto de lo planeado. Queda para el oeste- Aconsejó Miroku
-¡Que buenísima idea, Miroku!- Me emocioné
-Hooo, ¡Yo también quiero ir!- Chilló Sango
-Sería una buena idea, tendrían tiempo para ustedes- Habló Miroku mientras manoseaba a Sango
Esto ya es rutina, pero es muy divertido
-¡¡Estúpido monje pervertido!!- Sango sostuvo su hiraikotsu y golpeó con este a Miroku
Miré de reojo a Inuyasha, y éste estaba acostado en la rama de un árbol, fingiendo que nos estaba ignorando
Estúpido Inuyasha, espero que te quedes solo... No, mejor quédate con Kikyou... Ella no te dará la calidez de un ser humano, y no usaré mi deseo en ella
(...)
Ya casi llegábamos a la aldea. Esta vez estábamos caminando, ya que se nos hacía injusto que Kirara nos llevara las dos horas, eso sería mucho pedir
