Punto medio

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Pobre Baekhyun. Estaba destrozado. Él sólo anhelaba que su vecino lo entendiera, o en su defecto, entender a Chanyeol.

Ya no platicaba con Yoora como antes, ya no iba por sus consejos ni por los de su amigo el médico. Sabía que sin importar cuánto tratara, nadie quería comprender a Chanyeol. Ni siquiera lo intentaban y aquello no era justo para el alto que lo único que hacía es buscar su lugar en un mundo donde no encajaba. A Baekhyun se lo advirtieron, que era esa la razón por la que su vecino creó su pequeño mundo privado.

Sin embargo, Baekhyun tenía un plan para acercarse nuevamente a Chanyeol y sacarlo de ese solitario camino. No tenía por qué recorrerlo sin compañía. En ese tiempo ha aprendido mucho más del alto que lo que la hermana de éste le reveló. La mayor parte del día se pegaba al alto en cuanto su trabajo terminaba, observaba todo a lo que el otro prestaba atención, escuchaba sus interminables monólogos, andaba por su mismo camino... Todo su comportamiento lo asemejaba a Chanyeol. Baekhyun pretendía de esa forma conseguir pensar un poco como él para saltar al paso dos: salvarlo.

Baekhyun de a poco lograba vislumbrar los detalles que Chanyeol percibía.

Y luego que Chanyeol dejó de ignorarlo como a todos los demás, simplemente ya podía interactuar con él. Charlar, discutir y hasta bromear. Claro, si por ello se entendía que tres cuartas partes de la conversación eran palabras de Chanyeol.

Ahora le calzaban muchos puntos que en el pasado quedaban volando. Le tomó bastante tiempo a Baekhyun ensamblar pequeñas cositas que sucedían alrededor, y no era que Chanyeol estuviera loco (como Yoora le dijo una de las primeras veces), sino que percibía la realidad de otra forma.

Y una digna de admirar, si le preguntaban a Baekhyun.

Porque si Baekhyun era curioso, Chanyeol lo era mil veces más.

*****

Lo sorprendente vino un día que Chanyeol fue invitado a comer con su vecino. Nunca nadie había tenido aquella amabilidad, siempre esperó a que alguien algún día lo hiciera así como a su hermana la invitaban; pero mientras su hermana iba y venía de un lado a otro, el alto sólo quedaba mirando por la ventana e imaginando que era él quien salía por esa puerta y lo guiaban a descubrir lo que había más allá de un par de calles.

Sin embargo, Baekhyun era el primero en hacerlo pasar a su casa. El hogar de su vecino era muy lindo, tanto como él. No; Baekhyun sin duda era más lindo que la casa, incluso más que su Rilakkuma pero no diría nada porque podría encelarse alguien.

Chanyeol tenía qué componerle alguna canción, una poesía o melodía en gratitud a su vecino. Baekhyun lo apreciaría. Pero sus planes se fueron en espiral al olvido cuando –después de la comida– una de las habitaciones que Baekhyun le mostraba llamó su atención. Pequeña, acogedora y llena de instrumentos abandonados visiblemente.

—Lindo. —Fue todo lo que Chanyeol emitió. Se adentró decididamente a la habitación; Baekhyun dejó que tomara e hiciera lo que le viniera en gana. Chanyeol era inofensivo y curioso.

Pasó horas dándole uso a pinceles, pinturas y lienzos olvidados, transformando el vacío en un caos de colores. Nada de lo que dibujó tenía sentido lógico, no obstante la expresión serena del alto le llenó de tal satisfacción a Baekhyun que mejor se dispuso a practicar el piano para el Festival docente.

La calma reinó por buen tiempo, sin silencios incómodos ni palabras innecesarias. Sólo Chanyeol, Baekhyun y un fragmento de ambos.

*****

Vecino Peculiar [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora