Afraid ✧ seuldy

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Wendy

Me siento vacía. Totalmente vacía. Siento que no hay ni un órgano en mi interior. He perdido a las pocas personas a las que podía llamar amigas por encerrarme en mí misma. Y sé que no está bien, pero ya no sé cómo arreglarlo.

Los pasillos de la biblioteca parecen alargarse ante mi vista y empiezo a sentir que todo da vueltas. No me gusta salir de casa y este es el porqué. Busco el libro a por el que he venido entre las estanterías hasta que lo diviso, para mi mala suerte, en una de las baldas a las que no alcanzo. Lo intento con todas mis fuerzas e incluso doy saltitos, todo en vano. Me giro en busca de algún tipo de ayuda, pero sólo me encuentro con las miradas de las personas sentadas en las mesas frente a mí. No hacen nada, tan sólo mirar, pero eso es lo que peor me sienta.

Siento como si todos estuvieran juzgándome en silencio y las ganas de correr hasta casa vuelven. Pero de repente noto otro cuerpo cerca del mío. Entonces la veo a ella y todo se esfuma. Todas mis ganas de huir, todo mi miedo, todo. Todo desaparece cuando veo a una chica pelirroja plantada delante de mí. Sonríe dulcemente haciendo que sus ojos se vuelvan aún más pequeños.

-¿Necesitas ayuda?

Su voz suena angelical y me pierdo en sus palabras. No lleva ninguna placa con su nombre, tan solo una chaqueta en una mano y un par de libros en la otra, así que supongo que no trabaja aquí y que sólo está siendo...¿amable? ¿conmigo?

Salgo de mi trance cuando ella vuelve a hablar.

-¿Quieres que te ayude? ¿Intentabas coger uno? -Señala con la cabeza a la estantería frente a la que estaba saltando hace unos segundos.

-Nada -Respondo y me sorprendo de oír mi propia voz después de tanto tiempo en silencio.

Ella frunce el ceño y me apresuro a volver a hablar.

-Ese. Nada -Digo, señalando un libro blanco.

Ella forma una "o" con sus labios y lo alcanza, tendiéndomelo al instante. Susurro un "gracias" mientras sigo observándola. Normalmente hubiese huido de ahí nada más tener el libro, pero ella conseguía retenerme. Desde su piel hasta su aroma, todo me llamaba la atención de ella.

Seguía sonriendo, tanto que debía dolerle la cara. Responde un "de nada", o al menos eso creo ya que sigo perdida en su cuerpo pequeño pero fuerte. Se aleja dando brincos y siento como se lleva todo el calor consigo, dejándome otra vez helada.