He imaginado tantas vidas y tantas muertes, que he llegado a la conclusión de que todos nacemos de maneras parecidas, por casualidad, y morimos de maneras distintas, por destino.
Me preguntaron una vez de qué creía que iba a morir; respondí que moriría de amor. En la sala todos sonrieron enternecidos, menos tú: tú sabías que yo no moriría de amor, sabías que yo moriría por amor.
* * *
Cada día, son más reales.
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El blog de una suéter
AléatoireCuenta la leyenda que los wattpader's, una rara especie de lectores y escritores con trastornos psicológicos, están creando «tags» que consisten en confesiones para hacerse la vida imposible entre sí. Este peligroso virus se llama «retaditis alergio...