Capítulo 1

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La moto se adentró en un sendero del bosque, y siguiendo aquel camino giro dos veces a la izquierda y tres a la derecha. La velocidad con la que cruzaba el sendero llegaba en algunos intervalos a los límites permitidos. Su forma de conducir se alejaba de ser perfecta y cada aceleración que tomaba me pillaba por sorpresa. Una hora y al menos diez veces en las que la aguja casi se sale del marcador de velocidad, la moto frenó levantando todo el polvo del sendero a su paso. Frente a nosotros se hallaba una puerta metálica cubierta de enredaderas, propia de un edificio que al menos llevaba años vacío. Él bajó de la moto y se quitó el casco, que puso luego en mis manos aproximándose a la puerta. Se abrió un poco la cremallera de la chaqueta, lo justo para revelar un colgante con una piedra del mismo color que su pelo sujeta por una pieza metalica a un cordon negro. Apartó una de las enredaderas proximas a la puerta desvelando una especie de timbre con camara integrada a traves de la cual mostró su colgante. La puerta se abrió a el instante y él volvió al vehículo aparcándolo en el patio delantero. Al minuto bajó de la moto y señaló con la cabeza la puerta de un gran edificio frente a nosotros. Tras quitarme el casco y bajar de la moto, me aproximé a la puerta que el abrió con una llave que ocultaba en el bolsillo de su cazadora.
-Nos esperan en el sotano.
Nos encontrábamos en un edificio destartalado a la vez que antiguo. De los extremos de las paredes caía el papel pintado que ya se había despegado con los años. El suelo estaba cubierto de una fina capa de polvo que también cubría las sabanas que tapaban los muebles de cada una de las habitaciones. Atravesamos una puerta de lo que parecían ser los restos de una especie de sala de espera. No sabía muy bien de que se trataba aquel insólito edificio, pero había algo en esas cuatro paredes que me resultaba familiar. La luz iba despareciendo a medida que cruzábamos las escaleras pero al llegar al suelo una puerta de madera parcialmente iluminada al fondo de la habitación llamó mi atención. Él se colocó frente a la puerta, la golpeó dos veces y la puerta se abrió revelando una habitación parcialmente iluminada por una pequeña bombilla en el centro de la misma. El suelo estaba cubierto por una moqueta blanca cubierta de manchas y las paredes rebosaban de polvo y telarañas. En el centro de la habitación frente a lo que parecía ser un sofá cubierto por una sábana blanca se hallaban dos mujeres. La primera era de mediana edad, con el pelo castaño oscuro y los ojos marrones. Vestía con una americana negra sobre una camiseta blanca, pantalones negros y tacones. La segunda tenía una edad más avanzada con el pelo corto gris y los ojos marrones. Mostraba una sonrisa risueña a traves de las facciones tan marcadas de su rostro debidas al paso de los años.
-Buen trabajo, Jacob. - exclamó la mujer más joven sin dejar de mirarme.
-¿Qué es esto? Dijiste que íbamos a "La resistencia". - dije exigiendo una respuesta al que parecía llamarse Jacob.
-Nosotros somos "La resistencia" querida. - contestó la más anciana. A su respuesta le siguió un silencio y para matarlo prosiguió.
-"La resistencia" no es un lugar, no es un sitio en el que estar protegido, somos nosotros y ahora tu también formas parte.
-¿Yo? Pero, ¿por qué?
-Mackenzie, te hemos estado siguiendo la pista durante años. Viéndote crecer y convertirte en lo que eres ahora, esperando a que este momento llegara.
-¿De que me conoceis? ¿qué quereis de mí?
-Eso es una larga historia, el caso es que nuestro objetivo, por lo que estas aquí, es para protegerte. Hay más gente como tú, gente parecida. Desafortunadamente su paradero todavía nos es desconocido pero tú, Jacob y otros niños más, a vosotros si que podemos protegeros de los otros.
- ¿Quiénes son?
- No sabemos mucho de ellos, solo sabemos que son una organización, algo superior a nosotros. Su lider utiliza a la gente como vosotros para su propio beneficio, les tienen encerrados.
- Y sabiendo esto no les ayudais.
- No sabemos donde están, ni quienes son o quien es su lider. Nos ven como los malos en todo esto y les hemos visto actuar antes, son ciertamente peligrosos. Os hemos estado esperando a vosotros, uno por uno, las únicas identidades que hemos logrado rescatar. Ahora solo queda protegeros.
- ¿Y donde?
- Eso ya esta programado, no te preocupes de eso, ahora hay que ceñirse al plan. Jacob la llevas en la moto, seguid a Hayley, ella estará en el coche con el resto. Solo me queda desearos buena suerte.
Jacob me agarró del brazo y salió de aquel sotano lo más rápido que pudo. Nos reunimos con Hayley en la entrada del edificio, le dió una serie de indicaciones a Jacob y acto seguido este me pasó el casco. Volví a subir a la moto, esta vez a un más contrariada de qué sería mi destino. Mis ojos se volvieron a un citroën C4 rojo aparcado tras la moto. El coche avanzó unos cuantos metros y la moto lo siguió de cerca.
- No está muy lejos, así que no tardaremos mucho en llegar, o eso han dicho. - me avisó Jacob.
Y como él dijo, en apenas veinte minutos el coche paró y la moto a continuación. Llegados a estas alturas mi orientación había degenerado, apenas sabía donde me encontraba, solo sabía que estaba a unas dos horas y media de mi ciudad. Al quitarme el casco ante mí se encontraba una pintoresca urbanización. La típica urbanización plantada en medio de la nada en la que todos sus residentes se conocen perfectamente. Las típicas personas "felices" cuya vida es absolutamente perfecta, y digo "felices" porque es lo que realmente quieren aparentar y las apariencias es lo que realmente les importa. Y yo aquí, una chica de apenas 16 años que acaba de renunciar a la vida que ha tenido hasta ahora. Yo, Mackenzie, subida en una moto, con un completo desconocido y enfrentandome a la realidad.
La mujer de antes, Hayley, salió del coche y rebuscó con la mano en el interior de uno de los bolsillos de su chaqueta. Sacó una llave y decidida se aproximó a una de los chalés y abrió la pequeña verja de acceso a la vivienda. Las puertas traseras del coche se abrieron y aparecieron dos personas más frente a nosotros. Él primero un niño de unos 15 años, rubio y con los ojos del azul más claro que he podido ver en mi vida. La siguiente, una niña de unos 10 años, llevaba el pelo negro recogido en dos coletas que la despejaban la cara y dejaban a la vista sus brillantes ojos azules. De la puerta delantera del coche, al lado del conductor, salio una chica con el pelo negro y los ojos del mismo color de unos 18 años, su mirada estaba sumida en la más profunda oscuridad. Jacob se quitó el casco y agarrándome de la mano me condujo a la entrada. Hayley abrió la puerta de madera frente a nosotros y con un gesto con la mano nos invitó a entrar. No entendía nada, no sabía muy bien que era este sitio pero no hacía falta ser muy listo para darse cuenta de que se convertiría en mi hogar durante los próximos años. Hayley nos condujo al salón, una gran habitación sobre la que descansaba un gran sofa beige a juego con las paredes. Frente al sofa había una pequeña mesa de madera oscura y frente a esta un mueble repleto de cajones sobre el que se posaba la television. Hayley se colocó frente a nosotros, mirándonos directamente a los ojos y revolviéndose el pelo con las manos nerviosa.
-Sé que esto no será fácil, y sé que todo a pasado muy rápido, pero era necesario que fuese así. Estáis aquí por la misma razón, para protegeros. Aquí nadie os encontrará ni os hará daño, al menos hasta que controlemos la situación.
-¿Y eso cuando será?- preguntó la chica de los ojos oscuros.
-Eso no lo sabemos, el caso es protegeros. Aquí nadie os conoce, es un sitio seguro. A partir de ahora somos una familia más en esta urbanización: Jacob, Tracy, Mackenzie, Autumn, Cameron y yo.
-Espera ¿qué? ¿una familia? Tengo que fingir que esta panda de desconocidos son mi familia, perfecto, las cosas van mejorando. - contesta ofendida Tracy.
Una familia, una nueva familia...Debo olvidarme de lo que he dejado atrás y seguir adelante con esto, pero ¿cómo se supone que voy a mirar a los ojos a cada uno de los desconocidos frente a mi y llamarles familia? ¿como se supone que he de pasar el resto de mis dias con personas completamente desconocidas? La realidad manda, piense lo que piense, haga lo que haga, nada tendrá repercusión.
Cojo la mochila y subo al piso de arriba de la vivienda. Toda la casa está impregnada del mismo aire, muebles modernos de estilo vintage y paredes lisas decoradas cob amplias ventanas resaltadas por los suelos de roble. Miro a traves de las puertas que conforman el pasillo de las habitaciones y me decanto por la del final del pasillo a la derecha. Se trata de una habitación bastante amplia de color rosa. En el lado izquierdo se instauran dos camas, una separada de la otra por una pequeña mesilla y frente a estas un gran escritorio con un ordenador y paneles de corcho instalados en las paredes. En el lado opuesto de la habitación se encuentra un armario empotrado con estanterias a formando una L en la esquina inferior. Al final de la habitación un par de puertas francesas dan acceso a un pequeño balcón. Dejo la mochila en el suelo y me dejo caer en la cama, mi vida será esto a partir de ahora. Oigo pasos alrededor del pasillo y me incorporo rapidamente. En tan solo unos segundos Tracy y Autumn entran en la habitación. La primera con una marcando cada paso que daba con el choque de sus botas negras contra el suelo y la segunda guiando los ojos de un lado a otro de la habitación vislumbrando cada pequeño detalle. Dejan sus mochilas al lado de la mía y nos repartimos las camas. Acto seguido Tracy sale de la habitacion con algo de ropa de su mochila en dirección a uno de los baños y es Autumn quien se queda conmigo esperando.
-¿Ahora tu vas a ser mi hermana? -pregunta la pequeña un tanto preocupada.
-Si, es como un juego. Jugamos a ser una familia pero no será para siempre, no te preocupes. -la tranquilizo.
-Es que Jack dijo que para su cumpleaños me llevaría a la feria.
-Irás a la feria con Jack, te lo prometo.
-Jack dice que cuando se hace una promesa hay que escribirla en un papel y guardarlo muy bien para que se cumpla y no te olvides de ella.
Saco un cuaderno y un boli de mi mochila y comienzo a escribir. Arranco la hoja, se la enseño a Autumn y la doblo.
-Te prometo que iras a la feria con Jack. -repito.
La expresión de su cara cambia por completo, bajo esos ojos vlaros se empieza a dibujar una pequeña sonrisa que se acerca a mí y me abraza. El silencio vuelve a ireumpir en la habitación con la entrada de Tracy en la misma, esta vez con el pelo mojado y vestida con un chandal.
-Dice "mama" que bajes un momento. -anuncia Tracy en tono burlón. Se vé con claridad que la situación en la que está no la gusta, pero ¿quién soy yo para juzgarla? A mi tampoco. Supongo aue se ha resignado a aceptar que es la única forma de sobrevivir. "La resistencia" nos mantiene vivos y "La resistencia" nos sacará del peligro de muerte o eso es lo que debo pensar. Ahora mismo no me queda otra opción que obligarme a pensar que esto me mantendrá viva y que esta panda de desconocidos están viviendo lo mismo que yo. No puedo oponerme, pero tampoco rendirme. Aquí ya no hay vuelta atrás y dejarles ganar este juego que se está generando sería olvidarme de mi vida, es una lucha por la supervivencia.
Bajo por las escaleras con Autumn pisándome los tobillos y Tracy relentizando su llegada al salón. Me reuno de nuevo en el salón con Cameron y Jacob sentados en el sofa y Hayley frente a la chimenea. A la llegada de Tracy, Hayley se gira y procede a hablar.
-Vamos a hablar de porque sois especiales, vamos a hablar de vuestros poderes.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2017 ⏰

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Thunder: La tormenta se desataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora