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Fue entonces que perdí la lucha contra aquel conocido sentimiento que invade inesperadamente a todo ser humano, no quería, por supuesto que no, me negué muchas veces a que dicho sentimiento me convirtiera en algo que siempre odié, gritaba, maldecía, incluso lloraba pidiendo porque este me dejara en paz.

ƒirsτ ℓσvєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora