▷Oneshots◁

Aristocratic Symphony.

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La revolución francesa se llevó varias vidas, después de que la familia real fuera presa y acusada de traición, el campesinado y el tercer estado en general, buscaba asesinar a todo noble con el que se encontraran, sobre todo a los pertenecientes a la alta nobleza.
El primer hijo de uno de los archiduques mas emblemáticos de la época, por sus extavagantes fiestas y lujos, siendo por eso uno de los mas odiados por el pueblo francés, Ettiene Mauclerc, de veinte años. Se encontraba junto a su familia las afueras de París, con la intención de ir a Austria, en busca de un refugio político.

Por desgracia para la familia de nobles, cuando estaban por llegar a uno de los pueblos más cercanos a parís, un grupo de jacobinos(1) tomaron el lujoso carruaje de la familia, donde los escoltaron hasta París, para convertirlos en prisioneros.
Una vez llegaron a destino, les hicieron bajar a la fuerza, para encerrarlos en una de las prisiones principales de la ciudad. Al ingresar, lograron observar como habia gente del clero y la nobleza encerrados, vestían lujosos vestidos, trajes y batas, pero todas rotas y sucias. Les llevaron a una celda y les dejaron ahí, Ettiene y su pequeña hermana de cinco años, Cécile observaban cada rincón del lugar, aquella celda, no era ni la cuarta parte del tamaño del baño de su casa, se sentían totalmente agobiados.

Un mes entro pasó antes de que los juzgaran, la niña hacía muchas preguntas al respecto de porque estaban ahí y no viviendo en su lujoso hogar. La asamblea nacional dió su veredicto; la guillotina. La noticia llegó a la familia a las 7 de la mañana de aquel frío domingo y a las 10 ya estaban siendo encaminados a la plaza central donde serían ejecutados.

La gente se fue acumulando para observar, se llevó a la familia frente a la gran y famosa guillotina, aquel artefacto de madera con una cuchilla filosa en la punta, la cual caería, acabando con la vida de aquella persona que estuviera abajo. Se los puso en orden; la primera sería la niña, para que no viese morir a su familia frente suyo, la segunda sería la madre, el tercero en morir sería Ettiene y por último, después de ver como degollaban a su familia, la cabeza de la familia... El padre.
El bullicio de las personas deseando ver las cabezas rodar y la sangre derramarse era cada vez mas notorio, alguna que otra pidera era arrojada a ellos. En determinado momento, todos hicieron silencio, cuando el verdugo subió y tomó la mano de la niña, con unas grandes tijeras cortó su cabello, dejandoselo por los hombros, así lograba ver el cuello de la joven, la cual colocó de rodillas frente a la guillotina y ajustó la madera a su pequeño cuello.

Se oyó sonido seco de la cuchilla cayendo, seguido de gritos de las personas y el llanto desgarrador de la madre. Acto seguido, la madre fue tomada e inmediatamente, la cuchilla ensangrentada cayó nuevamente, las mujeres del público se hicieron escuchar, celebrando con entusiasmo aquella muerte. Ettiene, al ver como tiraban el cadáver de su madre a una carreta, encima del de su hermana, enloqueció.

Logró safarse del agarre que tenía e intentar abalanzarse sobre aquella persona, como si toda la culpa de aquellas muertes fuera únicamente suya. Guardias de la asamblea, intentaron calmar al joven, el cual había logrado proporcionar un buen golpe a aquel hombre. Lo tomaron a la fuerza, pero no lograron inmovilizarlo, pateo y golpeo a todo el que se le acercara, más guardias llegaron, Ettiene sabía que habian dos posibilidades si todo seguia así; le dispararían o lograrían colocarlo a la fuerza en la guillotina. Finalmente optó por una opción que en aquella época, donde el honor era lo primordial, sería tratado de cobarde y traidor. Ettiene trató de apartar a los guardias, pero su estado físico no le permitió ir muy lejos, su padre, quién había vivido una vida plena, llena de lujos y pensando siempre en si mismo, habia estado presenciando todo aquello inmóvil y en silencio, gracias a que había sido ignorado por los guardias por calmar a su hijo, tomó valor y, con su robusto cuerpo, logró empujar a los guardias que estaban sujetando a su hijo, quién captó la intención de su padre y corrió lo mas que pudo hasta salir de la plaza, el sonido de un disparo a sus espaldas le informó que su padre, al igual que el resto de su familia, habia muerto, sabía que debía apurarse o él sería el siguiente. El cansancio comenzó a notarse, su respiración estaba agitada y sus piernas comenzaban a dolerle, como pudo y sabiendo que era de vida o muerte, corrió mas de prisa, divisando un caballo a lo lejos, el cual debía ser de algún carruaje, sus piernas estaban por dar de si, pero logró llegar al animal, montandose en él y saliendo lo más rápido de la ciudad.