Carta para un amor que no fue...

29 3 2
                                    

     No puedo creer de lo que has sido capaz, cuando creí que podía haber un rayo de esperanza para nuestra relación, todo se tornó oscuro por tu culpa. No puedo creer todo lo que sucedió ayer. 

     Cuando estás enamorado, se supone que eres feliz, tanto, que eres capaz de luchar sin fin. He perdido mi tiempo con una persona que no sabía, ni quería amar. La decepción es uno de los sentimientos mas duros, surge cuando no se cumplen las expectativas que se tienen sobre algo o alguien y mis expectativas contigo estaban tan altas que me enceguecí creyendo tus palabras... Vacías. Cada ilusión que tuve que ver morir hoy las sepultaste, sepultaste cada esperanza de ser feliz. Fuiste tan cruel; no pensaste en nada más que en satisfacer tu orgullo insensato. Me has hecho mucho daño, hasta el punto de haber conseguido decepcionarme, como si fueses alguien capaz de amarme. 

     Te estarás preguntando "¿porqué una carta?", como ya te he dicho, soy mejor escribiendo que hablando, además, lo escrito dura por siempre, las palabras se las lleva el viento y el tiempo carroñero se encarga de hacerte olvidar. Entonces principalmente, creo que el motivo de esta carta es despedirme. De un tiempo hacia acá vengo intentado reunir el valor que conlleva a aceptar mi derrota, como sabrás, eterno amante, no es fácil digerir cuando se pierde. Puede que, finalmente me cansé de nadar contra la corriente, de querer iluminar con luz natural aquello que no te interesa iluminar más que con un foco, o simplemente no me gusta la idea de que me duelas y prefiero deshacerme de ella.  No tengo nada más para darte, esperaba que hubieras sido diferente. Tú eras fuerte... Yo no. Me ilusioné, pero me equivoqué. Con un poco de humildad de tu parte te hubieras ganado el mundo, pero preferiste ser cruel, déspota y frío. No conoces la palabra RESPETO para nadie, ni a tu familia ni a la mía, entonces yo no podría esperar menos. A veces me hacías sentir inferior y eso duele. 

     Hemos perdido la oportunidad de arreglar lo que parecía imposible de romper por culpa de tu orgullo insensato. Sólo tengo una cosa más para decirte:
Te quise... Te quise. Me atrevería a decir que comenzaba a amarte, pero que lástima que tu orgullo sea más grande que tu "cariño" por mi. Y ya no queda nada... Por ahora. 

     Que seas feliz, sé feliz con una relación sin ataduras, sin condiciones, ya que las condiciones no están hechas para ti. 

     Siempre voy a estar pesando en ti dondequiera que esté, pero quiero que ese recuerdo me dibuje una sonrisa en el rostro, en lugar de un mar de lágrimas. Me hiciste inmensamente feliz por ratos, y desgraciadamente infeliz por otros. Me voy porque no sé ni quiero amar a medias. Me voy con el corazón hecho polvo porque quisiste ser cruel sin necesidad de serlo, pero nada de eso importa ya. 

     Quizás me extrañes algún día, o tal vez no... Quizás una mañana te levantes y sientas el vacío que generan las ganas de hablar con alguien que tienes la certeza de que no va a contestarte... ya nunca más. Pero no creas que mi falta de respuesta es sinónimo de crueldad, es que es parte de un proceso al que algunos le llamamos "superar". Quiero enfrentar que esto no puede tener puntos suspensivos...  

     Hasta siempre, amor que no fue. Dejo la probabilidad de un próximo encuentro al destino, que, si nos tiene que juntar más adelante, encontrará la forma... Me llevo de ti tu sonrisa en mi retina y tu voz en mi memoria, para escucharla cuando me arremetan esas ganas desenfrenadas de extrañarte. Porque ni una foto me llevo de ti, ni eso llegamos a tener. Nos hubiésemos quedado en la parte donde no conocíamos ni nuestros nombres...
 Te quiero, pero te dejo ir... 
Sé feliz, y recuerda que aquí siempre hubo lugar para ti...

Versos de Invierno.Where stories live. Discover now