Prólogo.

3.1K 176 35
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Observé el cielo soleado, sin nubes, resplandeciente, y sentí que lo odiaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Observé el cielo soleado, sin nubes, resplandeciente, y sentí que lo odiaba. Odiaba el hecho de imaginar a otras personas disfrutando de este día, mientras yo no podía hacerlo, mientras mi cuerpo se deshacía en lágrimas. Quizá sí era egoísta; quizá no me importaba nadie más que yo misma; quizá por esa razón me sucedían todas aquellas cosas; quizá yo misma las atraía al pensar solamente en mí.

Sentía, en mi corazón, un dolor inhumano, creía que se desgarraría, que la sangre se desbordaría, y que saldría de mi cuerpo. Pero que, finalmente, dejaría de doler, deseaba que dejara de hacerlo. Porque no lo soportaría mucho tiempo más.

El cementerio estaba vacío, no había nadie más que yo y los miles de cadáveres enterrados en la fría y húmeda tierra. Suspiré y sin poder contenerlo un grito ahogado se escapó de mi boca. Caminé entre los panteones, las tumbas, y los nichos, leyendo sus nombres. ¿Habría alguien que recordara todas aquellas almas que yacían aquí?

Cuando me detengo frente a su lápida, la realidad me golpea con fuerza, ya no es solamente saber que está aquí, ahora lo veo, sé que no es una mentira. Pero, Dios, desearía que sí lo fuera. Veo su foto, y me vuelvo incapaz de contener el llanto que venía intentando reprimir desde que supe que estaba aquí. La sonrisa que muestra en la imagen, sus ojos brillantes, todo esto se ha vuelto demasiado doloroso para mi. Mis piernas flaquean, e inevitablemente caigo al suelo. Mi cuerpo no siente el dolor. Aún así, en el suelo, sigo observando su dulce rostro.

Nunca imaginé que nuestro reencuentro sería así, que volvería a verlo en ese lugar tan solitario y frío, y mucho menos que me causaría tanto dolor, tanto remordimiento. No podían creer que todo esté tiempo hubiese estado aquí. Y mi corazón dolía, dolía demasiado. Lloré, lloré porque él no merecía esto. Lloré porque jamás podría darle las "gracias". Lloré porque no pudieron hacer nada por él. Había colapsado, porque todo este tiempo había seguido el rastro de un fantasma, alguien que ya no estaba aquí, que jamás volvería a estarlo.

Mi pecho estaba desgarrado, no lograba distinguir si el dolor que estaba sintiendo ahora era emocional o físico.

Si tan sólo... Si tan sólo las cosas hubiesen sido diferentes, él no estaría aquí dentro de esa caja fría, sino yo.

Siento como una suave brisa de viento mueve mi cabello, como si de una caricia se tratara. Levanto la vista de su fotografía, con una mano intento secarme las lágrimas, sin embargo ellas siguen saliendo como si de pequeñas cascadas se tratara. Las flores de los árboles que rodean las tumbas vuelan a causa del viento, dejándose llevar, hasta que una de color violáceo cae frente a mí. La tomo entre mis manos, y una risa ahogada por el llanto se escapa de mi boca.

Siento su presencia, o creo hacerlo, aún así, tomo esa pequeña flor como un obsequio. Imagino que él, desde el lugar en el que se encuentra, decidió ofrecerme un consuelo silencioso.

Le agradezco su pequeño regalo, mientras me aferro a su débil existencia. Creo oír su risa a lo lejos, mientras mi cuerpo se estremece. El dulce sonido de su voz se oye tan lejano, que se confunde con el crujir de las armas de los árboles, al ser despojados de sus hojas. Su risa, tan risueña como antaño, me da la fuerza que necesitaba para levantarme del suelo.

-Sigues siendo igual de dulce que hace tantos años-Digo. Y no sé si él logra oírme, si estuvo aquí de verdad, pero no importa. Por un momento, uno demasiado pequeño, pero que para mi significó demasiado, volví a encontrarme con él.

Decido, entonces, guardar ese regalo dentro de un pañuelo. Para no perderlo, para no olvidarlo. Sin embargo, en mi bolso, una rosa blanca también espera ser entregada a su nuevo dueño.

-Te traje una rosa-Murmuro intentando no volver a romper en llanto-. No sabía que tú también me darías una flor a mí, así que podría decirse que fue una tierna coincidencia-Sin saber cómo proseguir, qué decir, intento comunicarle aquello que tantos años esperé poder decir;- Vine a decirte gracias, por todo, por haber sido en aquél momento un pequeño ángel que salvó mi vida.

Jamás podría llegar a pagarle su valentía y bondad, sin embargo, esperaba, al menos el tiempo que dure mi vida, no dejar morir su memoria. Porque él, significaba para mí, mucho más que cualquier otra persona. Me había dado una segunda oportunidad, pagó mi vida con la suya. Sin duda, esperaba que el viviera para siempre en mis recuerdos. Pero no quería atarlo a mi vida, esperaba que, si había algo más allá de la muerte, él lograría encontrar paz, que pudiera hacer todas aquellas cosas que me había comentado que deseaba hacer, y que fuera lo que en ésta vida no pudo ser: feliz.

Con la vista nublada por las lágrimas que comenzaron a brotar nuevamente, me levanto del suelo.

-Me tengo que ir, pero volveré a visitarte-Susurro al viento, esperando que mi mensaje pueda llegar hasta él.

Me coloco el bolso en el hombro, y veo su lápida por última vez, despidiéndome en silencio. Cuando comienzo a caminar vuelvo a creer oír su voz y pienso que, quizás, nuestra despedida ésta vez sea definitiva. Y, aunque mi corazón duela al pensar en ello, sé que aunque en éste mundo el momento de nuestra despedida haya llegado, en nuestra siguiente vida, nos volveremos a encontrar.

-Algún día iré a casa contigo, solamente espérame, por favor-Digo antes de caminar hacia la salida.

Muchas gracias a hazimakiK por la preciosísima portada, todo lo que ustedes hacen es arte

Muchas gracias a hazimakiK por la preciosísima portada, todo lo que ustedes hacen es arte✨

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

KendyWyanne©2021.

The Tune Of Your Memory ||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora