capítulo 1

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La alarma suena a las 5:00am y decido ignorarla así que me cubro nuevamente con las cobijas, media hora después escucho la voz inconfundible de santiago, esa voz que ha estado toda la vida conmigo.
-¡Vamos Ella levántate ya, es tu primer día en la universidad! Así que por fin decido hacerle  caso a Santiago y me meto a bañar. Para mi primer día de clases decido ponerme unos vaqueros blancos y los combinó con una blusa rosa  y unos botines marrones, recojo mi cabello en un moño,  alto y aplicó un poco de maquillaje  para no verme como un fantasma, pensar en eso me hace gracia. Al verme en el espejo me asustó pero no me sorprendo al ver unos arañazos en mi cuello, por lo cual me pongo una bufanda.

Al bajar  al comedor veo a mi padre sentado tomando su habitual taza de café y leyendo su periódico.

-Buenos días mi princesa, ¿lista para tu primer día como universitaria?
-Buen día papá, he estado lista para este día desde que naci. Le respondo en un tono burlón.

Me parece un poco extraño que mi mamá no haya bajado aún, siempre es la primera en hacerlo.

-Pá,  por que mi mamá no ha bajado a desayunar?

-Salió temprano  para comprar unas cosas que necesita para hacerle una bienvenida a los nuevos vecinos.
No me extraña para nada que mi mamá haga ese tipo de cosas, ella siempre ha sido muy buena vecina y quiere ayudar a todo el mundo.
El desayuno transcurre en silencio, hasta que mi papá pregunta.

-Antonella, ¿otra vez estas teniendo esas pesadillas?

-Antonella, ¿otra vez estas teniendo esas pesadillas?

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Por poco y me ahogo con mi jugo..
-¿Por que dices eso?-

-Anto, tu mamá y yo te escuchamos gritar anoche, decías que te dejarán en paz.

-Tranquilo papá no fue nada, a veces me duermo con el estómago muy lleno y me dan pesadillas locas, seguro estaba soñando que me perseguía un broccoli. Le digo en una sonrisa para tranquilizarlo.

-Princesa, estamos preocupados por ti. No queremos que lo sucedido en el pasado vuelva a atormentarte .
¡Ay! Como me duele mentirle a mi padre en esas cosas, pero es mejor que sigan pensando que todo marcha bien.
Tomó la  mano de mi papá y la apretó fuerte.
-estén tranquilos, estoy muy bien, en serio. Y ahora me voy porque llegaré tarde a la U.
Antes de salir, le doy un fuerte abrazo y un beso.
-Te quiero papá.
-Y nosotros a ti princesa.

Al montarme en mi coche, una sensación de frío recorre todo mi cuerpo y temo que lo peor vaya a pasar. Comienzo a mentalizar que nada extraño está pasando y que todo esta bien, mis manos comienzan a sudar y mis piernas a temblar, mi respiración aumenta y empiezo a creer que no podre controlarlo. No se cuantos minutos transcurren  así, pero poco a poco mi respiración comienza a ceder y me voy relajando.
Me empiezo a preguntar donde coño se mete santiago cuando uno más lo necesita. Miro el reloj y me doy cuenta que voy unos minutos retrasada. Mierda llegaré tarde a mi primer día.
Arrancó y empiezo a conducir lo más rápido posible.

Al llegar a la Udlap, buscó un puesto para estacionarme. Voy a toda prisa no quiero recibir un regaño por llegar tarde. Aunque ¿Que clase de escuela regañaria a un estudiante en su primer día?
Llegó a un pequeño grupo que esta reunido y les pregunto donde queda la siguiente aula, les doy las gracias y les dedico una sonrisa.
Salgo a toda prisa al lugar que me indicaron y voy revisando el papel y boom! Me tropiezo con un chico y derramó su jugo sobre su camiseta. Vaya mierda lo que faltaba.

-Oye dis - discúlpame, venía muy distraída y  voy  un poco tarde, no me fije.

-Tranquila wey, no te voy a demandar por eso-

-Si, bueno supongo que  gracias y discúlpame de nuevo-

-hacía dónde te diriges, puedo ayudarte en algo?

-Voy a mi primera clase.

-Déjame ver ese papel que traes.. ¡aja! así que también vas a estudiar bioquímica clínica. Yo también voy a cursar esa carrera y déjame decirte que vas por el camino equivocado,  el bloque de Bioquímica es por allá, seguro te mandaron por esté lado para hacerte perder, a mi también me jugaron esa broma.

-Ehh si, bueno.

-Oye relájate un poco y mejor vayamos a clases. Soy David Gutierrez. -dice teniendome  la mano-

-Yo soy Antonella Pérez- digo estrechando su mano.
Nos encaminamos hacia el bloque y me voy fijando en el aspecto físico  que tiene David,  es un chico medianamente alto unos 1.68 aproximadamente, tiene el cabello de un color casi similar al mio sólo que es un poco mas oscuro, sus ojos son de un color claro y tiene un cuerpo marcado.

-Bueno esté es nuestro bloque, ven entremos
-Si, vamos.
Las primeras clases transcurren muy bien, definitivamente la bioquímica es lo mío, tuvimos un rato libre y fui a la cafetería por un sándwich y un café, David se sentó con otro grupo de chicos. No me sorprendió, es decir estoy acostumbrada a estar socialmente  sola.
Cuando me dirijo a mi coche siento que alguien me está siguiendo y comienzo a ponerme nerviosa y camino más rápido. Alguien me está gritando

-Antonella, oye esperame!

Al voltear suspiro aliviada, es David quien me llama

-Si, ¿dime?

-Me preguntaba si querías hacer conmigo el trabajo de Precálculo.

-Ahh, si claro. Es decir pensaba hacerlo sola.

-Ya sabes lo que dicen, dos cabezas piensan mejor que una. Y algo me dice que tu cabeza se la pasa pensando!

-Supongo que si. Digo bajando los hombros.

-Siempre eres así de sería?

-Vaya que si lo soy. Le digo en tono sarcástico.

-Antonella, puedes darme un aventon  hasta el centro comercial?

-Si, claro!

No se que me pasa con esté chico, pero les diré algo, vaya que me agrada. David es una persona muy habladora pasó todo el camino haciendo preguntas sobre mi vida personal. Le hice un pequeño resumen, le dije que naci aquí en puebla pero luego mi familia y yo nos mudamos a Venezuela y pasé el resto de mi infancia y juventud allá y hace dos años mis padres decidieron regresar a Mexico.
El me contó que su madre era enfermera y que solo eran ellos dos, no tienen una economía muy favorable pero que se pueden mantener,  le dieron una media beca en la universidad y la otra parte la paga con el sueldo que gana como empleado a medio turno en el centro comercial. 
Les digo, este chico si que me cae bien, bromeó conmigo sobre mi acento venezolano y nos intercambiamos los números telefónicos.

-Hasta mañana Anto.
-Hasta mañana David.

Sigo mi rumbo hacía mi casa, entrando a la urbanización mi vista comienza a nublarse, mi pulso se acelera voy perdiendo el conocimiento y mi cabeza va cayendo sobre el volante. sólo puedo escuchar a lo lejos una voz...

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Espero que les haya gustado lo que va de la historia, estaremos subiendo un nuevo capítulo cada domingo.
Saludos humanitos!!

PD: Somos nuevas en esto, no nos juzguen xD



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