Capítulo 25

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  Lucha


Karol Sevilla.

Llegue a mi casa y subí a mi recamara


*Vamos hazlo*Córtate*solo uno*
Esas voces estaban en mi mente

-No, no lo voy hacer-

Porque no podía escapar de esas voces, se aferran a mí

*Hazlo*Córtate, ahora*

-No ya déjenme-Comencé a caminar por toda mi recamara

No podía sacarlas de ahí, estaban pidiéndome que me cortaran, mis brazos ardían querían sentir la navaja, querían sangrar

-NO-Salí corriendo de mi recamara, me sentía sofocada, en realidad así me sentía en toda la casa.

Estaba demasiado nerviosa, sudaba, mi corazón se me salía de mi pecho

-Cállense-Me tape los oídos y comencé a repetírmelo mientras me dirigía al baño

Entre y me recargue en la barda del lavamanos, tratando de enterrar las uñas sobre mis palmas, no funcionaba, necesitaba liberarme, pero rápido.

Lo siguiente fue, verme sobre ese maldito cristal gritándome el asco que provocaba a cualquiera

*Suicida*Gorda*Fea*Matate*

Esas palaras sus voces estaban ahí, en mi cabeza, en el baño en cada lugar en donde estaba

Me mire fijamente y lo que mi corazón grito, se dejó ir, impactando mi puño derecho contra el frágil cristal que a los pocos segundos se convirtieron en diamantes pequeños, que cortaron mis nudillos, chorreando de sangre, temblaba y sentía los trozos incrustarse en mis plantas de los pies, me recargue sobre la pared, sintiendo un mareo y las malditas lágrimas, suspiraba fuerte, así como era la ira que tenía sobre mí, me mordí con fuerza los labios, apretando mi brazo para que la hemorragia se calmara pero parecía inútil, comencé a sentirme más débil de lo normal y mis labios estaban secos, necesitaba ayuda, una simple lavada y una venda no servirían de nada, comencé a delirar en mi subconsciente, mesclando las voces de culpa sobre mi físico, dejándome exhausta.

-¡Karol! ¡Contéstame! ¡¿Qué fue eso?!

¿Qué? Pase saliva rápido, aunque seguía perdida en la debilidad de mi cuerpo, llevándome casi al suelo, no podía pedir ayuda, sentía mis huesos tronar y me cabeza zumbar.

Me enrede más en la toalla, tratando de hacer caer a mi mente que no tendría ayuda, hasta que unas fuertes pisadas rápidas llegaron a mis oídos, me recargue aún más dejándome llevar.

-¿¡Qué mierda sucedió aquí!?

Sentí mi cuerpo caer de sentón,

-¿Qué es lo que hiciste Ángel?-susurro.

-No, no me llames así-le reclame

-Eres mi Ángel, Tendré que cargarte hasta el hospital-me dijo tomándome de la cintura.

-¡No! Por favor el hospital no

-Esto necesita más atención...

-Por favor Ruggero, no me lleves ahí.

-Te llevare en brazos.

-No, voy a lastimarte, por favor, no lo hagas, estaré bien, solo déjame sobre la cama, cuando me sienta mejor me daré primeros auxilios.

- no te dejare, no así. No iremos al hospital, pero dejaras que te cuide, no pienso discutirlo.

Me llevo en brazos hasta mi cama, lleve mis manos hacía los costados, sintiéndome mareada

-¿Dónde está en botiquín?-pregunto a un lado mío.

-En el estante principal del baño.

En menos de 2 minutos estaba al lado de mí, tratando de ponerme derecha.

Cerré los ojos el hecho del dolor más cortante estaba atendiéndome con delicadeza, sacando las pequeñas incrustaciones sobre mis nudillos, me mordí la mejilla para no soltar varios gritos después de que aplicara alcohol en las heridas, no necesitaba puntos gracias a dios, eran pequeños picos incrustados en mi piel, suspiraba rápido al ver los algodones sobre mi cama repletos de sangre, lloraba en silencio, mirando la cabellera de Ruggero, cuando el alivio llego a mí y sentía mis manos cubrir por una venda, que cubría las gasas de mis nudillos, el suelo de mi habitación estaba lleno de pequeños cristales y el dolor de recordar porque lo había hecho llego a la tentación de querer revolcarme en ellos y sentir el dolor que mi mente merecía, no tenía un control de mí misma. ¿Cómo en un segundo todo puede ser perfecto, pero en menos de lo que tratas de guardarlo se va como el viento?

-No puedo pararlo...así no puedo, estoy agotada de devora de todos. Tienes que alejarte de mí-Le fui sincera yo era un peligro para el y para todos los que me rodean

- yo voy a estar contigo, aunque me quieras lejos, no voy a apartarme, porque no quiero despedirme de ti, no por esto.

Inmediatamente sentí el abrazo refugiarme en sus brazos, dándome más un apoyo que cualquier cosa, no pasaba de una conexión de sentir mi mente despejada, dejando ver las lágrimas cayendo sobre su camisa, temblaba sin sentir frío, pero estaba llena de miedo, sin saber que me esperaría ante esto.

-No permitiré que se te acerquen, para dañarte no más. Todo mejorara, Lo prometo-me beso la frente-Y mis promesas las cumplo, no dejare que la lastimen, no más.

No sabía como había entrado, pero el me había ayudado a ganar esta lucha.  

How To Save A life/Ruggarol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora