Dos años atrás…
-Bienvenidos y bienvenidas, sean todos ustedes. Hoy, ingresan a su primer año en bachiller -todos comenzaron a gritar y a aplaudir- y bueno, desde hoy el primer día quiero RE-MAR-CAR -dijo haciendo énfasis y separando por silabas la palabra "remarcar"- que a partir de hoy, suben de nivel y por tanto esperamos un desempeño maduro y progresivo. En fin, tómenlo como una advertencia, recuerden que aquí no hay segundas oportunidades y esperamos que respeten las reglas. Que tengan un buen día alumnos, cada quien fue asignado a un salón, las listas con sus nombres están en la puerta de la sección a la que corresponden, yo me retiro.
Dijo sin más la coordinadora, ella sí que da miedo. Con sus pantalones de seda color negro -en un patético intento por lucir elegante-, una blusa blanca debajo de un saco de manga corta de un gris que con solo verlo te deprime, el típico peinado de una cascada muy recogida con una que otra cana -tanto verdes como blancas-, de tez blanca tan fría como su carácter, una verruga en su mejilla izquierda y unos tacones negros que tienen aspecto barato, el típico maquillaje de payaso: mucho rubor, un labial rojo muy, en serio ¡MUY! Notorio, y una sombra de ojos color negro -"tan negro como su corazón", pensé-. Yo, en cambio, me había esmerado en mi primer día. Falda negra con estilo de flores tipo vintage, una blusa sin mangas que dice "Soy quien soy", mi castaña melena recogida en una trenza muy desordenada que pasa por mi hombro derecho, unas botas cafés, un poco de maquillaje -muy natural, o como yo le llamo "muy yo"-, y no puede faltar mi esencia a vainilla. Toma aire, sonríe y ¡En marcha!
Me aproxime al primer salón, la sección "A". Veamos… Valls, Lena; Vee, Zoe -leo mentalmente mientras paso mi dedo por la lista-; ¡A-ha! Vélez, Aria. Acomode mi mochila que llevo en el hombro izquierdo y entre al salón. Veamos, ya casi no hay lugares atrás… -una de mis típicas muecas- ¡Bingo! Una en el fondo, tal como me gusta. Me encamine al lugar y tome asiento. Deje mi mochila a un lado de la banca mientras examinaba a cada uno de los que ahora serian mis compañeros. Entonces capte una mirada, la peli-negra que estaba a mi lado me veía con disgusto.
-¿En serio? ¿Falda con botas? ¡Qué horror!…
Murmuro la chica.
-¿En serio? ¿Vello facial con cabellera negra? Existe la cera y la crema depilatoria amiga, y bueno, no es por nada pero en serio, tu piel estando tan blanca no favorece, ¡en lo absoluto tu bigote!
Inmediatamente se tapo su bigote avergonzada mientras todos reían de mi comentario. ¡Eso es! Ninguna perra arruinará mi primer día, ¡Claro que no!
-Eres una imbécil ¿Acaso no sabes quién soy yo?
-Mm… déjame pensar un segundo… -finjo estar pensativa- ¿Una golfa, perra, zorra, cualquiera? Sabes, se vienen muchas ideas a mi mente -dije con cinismo-.
-¡Vete a la mierda!...
-No gracias nena, no quiero ir a tu casa -la interrumpí-.
Aria 2, peli-negra 0. Más risas por parte de mis compañeros, creo que ya me gane su respeto.
-Mira tipeja, soy Leah, Leah Nashville.
-¡Oh, por Dios! ¡¿Enserio?! ¡Yo soy Aria Vélez! Y nunca había oído tu nombre en toda mi vida.
-Ah…
Leah iba a decir algo pero entonces entro el profesor.
-Buen día alumnos.
-¡¿Qué onda?! -Grito uno de los chicos-.
-¿Qué tal va el primer día, chicos? -pregunto el joven maestro-.
-¡De mierda!
-Jodido…
-¡Pésimo!
Todos comentaban cosas como las anteriores, y luego, Leah hablo -estúpida golfa-…