Recuerdo la primera vez que te vi, llorabas sentada en la sombra de aquel árbol.
Eras nueva y según los rumores te habían transferido porque sufrías de bullying.
Aún no entiendo porque lo hacían, te mire a distancia, estaba estático, no podía moverme.
—Hola—murmure cuando por fin me armé de valor.
No respondiste, tan solo me miraste con tus bellos ojos carmesí.
—¿Por qué me hablas?,¿tú no me odias?—respondiste tras unos minutos mientras secabas las lágrimas de tus mejillas
—¿Por qué debería odiarte?
—Todos lo hacen, dicen que soy rara y que papá se fue por mi culpa—dijiste para luego volver a llorar.Entonces, a los 6 años entendí que no todo era color rosa.
Eras una princesa y yo quería ser el caballero que te rescatara de tu torre.
