My Sweet Bad Boy.

Día 1.

Después de algunos días acostumbrado a todo,  tuve que empezar un nuevo curso, un instituto nuevo, lo peor es que me obligaban a empezar a mitad de curso e iba a estar solo, con lo que me cuesta hacer amigos a mi y el carácter tan aislado que tengo, ¡¡¡ Los iba a repeler !!!

Llega el día, el día en el que llega mi perdición. El día en el que empiezo el famoso Instituto. Suena la campana y nada más entrar por el portón principal un señor de gran altura y bastante ancho de cuerpo me dijo:
Sr. Speaker: Usted debe de ser Jaden, ¿me equivoco?
Jaden: Si.
Sr. Speaker: Bueno pues... yo soy el director Speaker y no te podré mostrar las aulas porque estamos en horario escolar y me espera una madre para hablar en mi despacho así que toma tus libros y la lista de las aulas que te tocan, ahora,  no te retengo más, Chao,  que tengo prisa, encantado de conocerte y espero que te guste nuestro Instituto, buena suerte.
Jaden: Gracias, supongo— dije con cara de sorprendido, al ver la prisa que llevaba aquel señor.

Me tocaba mi asignatura favorita, historia (ni de coña xd) aula 109, justo antes de petar para poder entrar tenía un debate entre petar y entrar o salir corriendo.
Me abrió la puerta un profesor con gafas, pelo castaño y de estatura media.
Sr. Fámel: Usted es el alumno nuevo no? Como era que se llamaba— decía mientras me daba paso a la habitación presentándome a mis nuevos compañeros de forma instantánea— ¿Jaden?¿Puede ser?
Jaden: Si.
Sr. Fámel: Bueno puede sentarse donde quiera tiene una mesa de grupo ahí atrás pero como usted quiera.
Jaden: Vale, gracias.
Cada paso que daba avanzando por el pasillo que había entre mesa y mesa al andar, me temblaba cada miembro de mi estúpido cuerpo, así que decidí apurarme más y sentarme atrás, en la mesa que me recomendó el Sr. Fámel, en la cual, sólo se sentaban dos chicos dejando dos sitios seguidos uno del otro, que estaban vacíos. Cuando me siento, los chicos de esa mesa me dicen por bajo "mal hecho", nada más acabar de decir eso, me senté pensando a que es lo que se refería, sin lograr respuesta alguna. Sobre la mitad de la clase, un chico, un poco más alto que yo, de pelo y ojos castaño claro, con chaqueta de cuero y un casco de moto, entró por la puerta sin permiso alguno. El profesor le gritó por su nombre pero él, ni se inmutó, quieto en el sitio que se quedó al escuchar su nombre, dirigió su mirada hacia a mí, una mirada penetradora, que te hacía difícil seguir mirándole y no tuve más remedio que bajar la cabeza. Acto seguido se vino sentar a mi lado.
Nada mas sentarse miró para mi y me tendió la mano para saludarme.
Dylan: Hola, yo soy Dylan, encantado.
Nada más decir eso toda la clase, incluso el profesor, quedaron sorprendidos.
Jaden: ¿Me debo sorprender como hace toda la clase?— Dije pensando en lo que iba a decir ese chico tan curioso hasta que el profesor llamó la atención a toda la clase.