Siempre estoy en líos, pero joder, es el café sus ojos el que me quita el sueño, releyendo cada una de las frases que me dedicaste, y te extraño, como cuando echas de menos tu casa después de verano.
Y aún así te fuiste.
Cuando más lo necesitaba, aún sabiendo como era me rechazaste.
Fuiste él gracias de mi desgracia y te largaste, quizás por mi culpa, pero te fuiste, y contigo te llevaste lo que me quedaba de esperanza, la que me equivoque al depositarle en tí, la absorbiste y te largaste.
Y duele claro que duele como yo no sabía que dolería verte con alguien más, porque después de ser acusada de insensible resultó ser yo quien de veras sentía, y nunca supe si fui un entretenimiento o palabras aleatorias, pero la que sigue aquí soy yo, extrañando hasta la mínima chispa de tus manos
