despierta

• capitulo 4

Era viernes lo que significaba un luna feliz, ¿por qué? porque por fin se acabaría esta semana de mierda y podría descansar como se debe, lo único que se interponía era mi clase de historia con el profesor más molesto y aburrido del mundo o sea Jenkins, un señor de unos 70 años, calvo con una barriga al estilo Homero Simpson, dientes amarillos y unos lentes más grande que mis pompas. así que sin más remedio entre a la clase y me hice en la parte de atrás , así por lo menos podría dormir sin problemas, pero al llegar a mi habitual puesto este estaba ocupado por un chico en capucha .
"Vamos, respira, ya solos queda una hora y serás libre”
—Disculpa —dije tocándole el hombro al chico
—Mmm —dijo acomodándose
—Este es mi puesto así que si me das permiso quisiera sentarme —dije levantando la voz
—No quiero — dijo aún con la cabeza gacha
—Yo no te estoy pidiendo que si quieres, estoy diciendo que te quites —dije enojada
—Pues mira princesa —levanto la cabeza y oh por Dios que ojos más hermosos, eran completamente azules
—Me importa un bledo que sea tu puesto, yo estoy aquí y no me voy a quitar —dijo arrugando sus cejas y luciendo muy enojado
"Luna déjalo pasar, no vamos amargarnos el rato por un imbécil"
Así que sin más me di la vuelta y me senté unos puestos más adelante.
Saqué un cuaderno y me puse a garabatear, en ese momento llegó el profesor Jenkins
—Chicos hoy no tengo ganas de dar clase —dijo aburrido
"Raro no es”
—Así que harán esta lectura en grupos y me entregarán un informe para el lunes —dijo dejando las hojas en su escritorio.
Varios alumnos se levantaron para recoger las hojas así que sin más remedio me levanté y recogí una al darme vuelta vi que el chico encapuchado me miraba y vaya que era lindo el chico, lástima que sea un imbécil, así que sin prestarle atención me senté en mi puesto y empecé a leer la hoja.
—Hola linda —dijo alguien a mi lado.
—Hola —dije sin despegar mi mirada de la hoja.
En ese momento la hoja fue arrebata de mis manos así que ya a punto de mandar a la mierda al susodicho me di cuenta que era Darren el amigo de Alex
— ¿Y tú que haces aquí?— dije molesta
— gatita, somos compañeros desde hace un semestre —dijo sonriendo
—Pues yo no te había notado — dije arrebatándole la hoja
—Hieres mi ego, gatita —dijo en tono fingido de lástima y poniendo una mano en su corazón.
Rodé los ojos — ¿qué quieres?—dije
—Pues este trabajo es en grupos y pues al conocernos decidí hacerme contigo —dijo picándole un ojo
“Agggh, que molestia"
“Pero tiene razón, no has escogido a nadie y el trabajo es para entregar el lunes "
—Pues tocará —dije cansada
—Bien gatita pasa mañana a mi casa y hacemos el trabajo —dijo subiendo sus cejas y picando el ojo.
Iba a responderle de que mi nombre era luna no gatita pero el timbre sonó, haciendo que todos hasta el estúpido de Darren se levantará y salieran del salón.
Mientras guardaba mis cosas una voz ronca y profunda sonó a mi espalda
—Se te cayo esto —dijo dejando mi hoja de garabatos encima de la mesa, mire la hoja y encima del dibujo que había hecho decía "la luna siempre significa luz”, la letra era delicada y varonil, luego de eso levanté la mirada buscando a quien había dejado la nota pero no había nadie.
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Acababa de llegar a mi apartamento cuando sonó mi teléfono
—Tú, yo, fiesta esta noche pasó por ti a las 7 —dijo el Alexito.
—Hola a ti también —dije irritada
—Hola pequeña —dijo entre suspiros —no puedo hablar ahorita —suspiro, estoy con April —sonó una risa- pero ya sabes pasó por ti a las 7 —y colgó
"Maldito hijo de la papaya"
—Pues no pienso ir — le grité y tire el celular algún lado de mi habitación

Mientras caminaba por esta, el sueño se apoderaba de mí y está dispuesta a dejarlo, sólo porque está semana no había podido conciliar el sueño por culpa de las pesadillas que cada vez se volvían más frecuentes, así que al llegar a mi cama, caí en los brazos de Morfeo.

Estaba haciendo frío, así que intente darme calor con mis manos, escuchaba en el fondo una voz que me llamaba , pero yo solo veía la laguna, escuchaba las voces cada vez más cerca pero por alguna razón no podía dejar de ver la laguna , la voz se fue acercando más y más,  y mi cuerpo empezó a temblar la voz susurro a mi odio —despierta—, pero yo no podía moverme sólo temblaba, unas manos me agarraron los hombros y empezaron a zarandearme, pero yo no podía dejar de ver la laguna, en ese momento una luz se abrió en el cielo y cayó en la mitad de la laguna, las manos dejaron de tocarme y mi cuerpo dejo de sentir frío, de la luz salió una mujer de tez muy blanca y unos bellos ojos morados, no podía dejar de verla, poco a poco se fue acercando y cuando estuvo cerca de mí me dio un beso en los labios y entonces todo cambio, el cielo estaba claro y radiante, la laguna brillaba y mi vestido ahora era una túnica blanca, sentía paz, pero esa voz sonó de nuevo.     
—Debes ponértelo, debes despertar—
—Pero si no quiero, si quiero quedarme aquí —dije en susurro.
—No puedes, tu destino no es ese, no te dejes engañar—dijo en mi oído.
Así que cerré mis ojos y todo volvió a estar como antes, la lluvia caía y entonces voltee a mirar   y unos ojos me observaban debajo de una túnica, al acercarme vi que me eran conocidos ¿pero de dónde? y entonces, me seguí acercando, más y más, hasta que casi nuestros labios se tocaron, pero antes de hacerlo, un grito desgarrador sonó de la laguna, y sentí que fui jalada hasta allí mientras que el de la túnica decía—todavía no, por favor—

Desperté en mi habitación, asustada, y sintiendo mi corazón a mil, cuando me calme me dije -" fue  un mal sueño, no es real "-  y seguí repitiendomelo pero sabía muy en el fondo que era más que un mal sueño.