•capitulo 5

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6:40 pm

Desde mi balcón miraba el atardecer que ya se desvanecía en el horizonte, mi mente estaba en un caos, repetía una y mil veces el sueño en pequeños flashback, mientras que las preguntas llenaba mi mente "¿era un recuerdo?¿quiénes eran ellos?¿porque se sentía tan real?", un sonido me saco de mis pensamientos, mire para todos lados buscando el ruido, al prestar más atención supe que venía de mi celular, suspire, y fui a atender la llamada que de seguro era de Alex ,al entrar a mi habitación todo se encontraba a oscuras exceptuando la pequeña luz de atardecer que se colaba por la ventana, intente buscar mi celular por encima de la cama, pero no se encontraba allí, el aparato seguía sonando, así que sin más y con 2 suspiros más prendí la luz de mi cuarto, al hacerlo vi que alguien se encontraba de pie al lado de la mesita de noche, intente gritar pero mi voz no salía, yo solo podía ver como el sujeto se acercaba más y más a mí, pero cuando estuvo a punto de hacerlo el celular sonó, desvié la mirada a mi celular que se encontraba en la alfombra, el sujeto suspiro, y de repente desapareció "pero que carajos" me frote los ojos y efectivamente ya no había nadie. El celular siguió sonando cuando lo recogí vi que en la pantalla decía número desconocido, dude en contestar pero al final lo hice, ¿por qué? Porque yo era luna y yo no le tenía miedo a nada.

-Hola ¿con quién hablo?-dije con voz firme.

-Eso es lo de menos- dijo una voz profunda-por lo que más quieras no salgas de tu apartamento- y colgó la llamada.

Me quede atónita mirando mi celular, quien se creía que era ese imbécil para darme órdenes a mi Luna Moore, pues de algo se va enterar este imbécil, de que luna Moore evade las reglas o las adapta para su antojo, así que imbécil, hoy me voy de fiesta y me vale un comino todo.

7:30 pm

Alex había llegado por mí a las 7 en punto, y sí Alex era muy puntual, y lo odiaba por eso, no es que yo fuera impuntual pero es que con todo lo que pasó tener solo 15 minutos para arreglarme era todo un desafío, así que después de unos 20 regaños de Alex, unos 10 zapatos tirados a su cabeza y unas cuantas palabrotas más, salimos del apartamento para ir la dichosa fiesta.

8:30 pm

Después de un relajante y muy divertido viaje en el auto de Alex , (nótese el sarcasmo) llegamos a la fiesta, y déjeme decirle que era LA FIESTA, la música ya te ensordecía y eso que no habíamos entrado, las luces iluminaban todo dejándote un poco ciego al entrar, había de todo allí, desde drogas, tragos exóticos hasta bailes sensuales, pero lo que más le llamaba la atención de todos lo que asistíamos a esa fiesta era el enorme bosque que se extendía en la parte trasera de la casa, pues muchas veces la gente se perdía allí o muchos afirman que hay fantasmas y todo ese tipo de cosas, pero para mí que ya había asistido a más de una fiesta de Max ( el dueño de la casa) eran simples bromas causadas por los chicos más grandes a los primerizos, así que sin más me adentre en la fiesta.

9:40 pm

Ya llevaba mi noveno vaso de vodka cuando me percaté de que Alex no se encontraba junto a mí, así que levante la mirada de mi vaso y empecé a buscarlo por la pista de baile, después de unos minutos de buscarlo, lo vi enrollándose con una pelirroja en la pista, al sentir que lo observaba levanto su cabeza, me giño un ojo y se fue con la pelirroja escaleras arriba, me reí de su forma de ser, la verdad es que Alex era un mujeriego de primera y no era que no creyera en el amor , todo lo contrario, él decía que mientras llegaba la correcta iba a disfrutar de las incorrectas, y quien era yo para contradecirlo, si llevo un vida igual o peor, déjenme y les explico un poquito.

Mi vida amorosa ha sido un desastre desde que tengo memoria pero no por eso es que odie el amor, la verdad es que me da igual, a medida de que las relaciones llegaban y de lo que veía alrededor , llegue a la conclusión de que el amor eterno, el que pintan en los libros y en las películas era una falsedad, así que ya dejé de preocuparme por eso y empecé a vivir mi vida sin preocupaciones, empecé a darle paso al deseo, a la adrenalina, al peligro y hasta ahora me ha funcionado de maravilla. El día que perdí mi virginidad no fue con el amor de mi vida ni mucho menos con un novio, fue con un chico que conocí en el instituto, estaba en la mayoría de mis clases y era muy cercano a Alex, por lo que con el tiempo nos volvimos cercanos, desde ese momento un deseo se prendió en nosotros y creció como fuego, así que sin entrar en muchos detalles terminamos haciéndolo en un balcón el día de mi cumple años, -fantástico regalo ¿no creen?- pero bueno dejando de lado eso, yo me había convertido en una "hombreriega" si se le podía decir así, disfrutaba del placer que los amores incorrectos me daban así fueran por solo una noche.

11:30 pm

Llevaba más de 20 tragos y no encontraba a nadie con quien pasar un buen rato, los que se veían buenos y divertidos venían acompañados, y los que estaban solos ya estaban hasta el tope de borrachos, así que sin más me levante de mi lugar, me tome todo lo que quedaba en el vaso y suspire, era hora de hacer algo, ¿pero qué ? estaba muy temprano como para irme -"Alex"- no ni pensarlo, va estar ocupado todo lo que quede de la noche, -"y si nos metemos en la lago"-"y que nos dé un resfriado de puta madre, yo paso ", así derrotada por mis pensamientos me deje caer de nuevo en mi sitio.

12:00 am

Estaba bailando una de mis canciones favoritas cuando alguien me agarro de la cintura y me hizo girar golpeándome con su pecho.

-Auch-me quejé

Una risa bastante agradable llego a mis oídos, al levantar la mirada me encontré con un chico de cabello castaño, sonrisa de 24 quilates y unos ojos mieles que te dejaban bobo

-Perdóname pero es que llevo un rato viéndote y no me pude contener en venir a baillar contigo-dijo el chico de ojos marrones

-No te preocupes-dije un poco sonrojada.

-Entonces... -dijo con una sonrisa.

-Entonces... -dije yo con otra sonrisa.

-Me permite este baile-dijo inclinándose como los príncipes y yo no pude evitar soltar la risa.

-Claro-dije agachándome como las princesas- pero si antes me permites invitarte una copa-dije con una sonrisa

-De ti lo que sea-dijo el con una sonrisa perversa, y sin más me llevo a la barra.

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despiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora