El Comienzo: La Gran Desventura

5- El fin del principio

Eran las 10 de la mañana. Me puse un traje formal que Mew me compro. Estábamos en el panteón de China, Nuevo León. Termine de orar y deje unas flores en las tumbas de mi familia.

-¿Y ahora qué? ¿Vendrán esos malditos por mi?- le pregunte a Mew triste y enojado.

-No. Ayer tuve una pequeña charla con Dios, con diversos ángeles y con diversos demonios y el diablo y llegamos a un acuerdo que denomino "Acuerdo AGGG". Le pedí a Dios que obligara a las fuerzas, digámosles, del mal, que te dejaran en paz, que no molestaran más y que yo me encargaría de educarte. Las fuerzas del mal me dijeron que este acuerdo se rompería cada vez que tú atacaras sus fuerzas, como supongo que harás con mi ayuda y en su debido momento, solo. Dios estuvo de acuerdo y se cerró el acuerdo: los Illuminati no te atacarán al menos que tú los ataques. Y si ellos rompen el acuerdo, Dios nos podrá dar ciertos "favores". Pero estos "favores" no pueden ser usados para revivir a tu familia, lo siento- me dijo Mew.

-¿Entonces tu me vas a educar?- le pregunte.

-Sí. Yo te pagaré la educación, puedo crear oro fácilmente, así que el dinero no es problema- me dijo Mew.

-Bien. Mew, quiero que me enseñes todo lo que sepas. Necesito que me enseñes como derrotar a los Illuminati- le dije a Mew.

-Bien, pero te advierto que te enseñare las cosas poco a poco y que puede que te tardes años, décadas o que nunca los logres derrotar. Tendrás que tener mucha paciencia. Pero tienes que saber que nunca estaremos solos: en nuestra lucha encontraremos amigos que nos ayudaran- me dijo Mew.

-Bien. No me importa cuánto me tome, no voy a permitir que esos idiotas sigan haciendo de la suyas- le dije.

-Excelente. Me alegro y es un gusto contar con tu ayuda, mi querido Abelardo- me dijo Mew.

-¿Y cuando comenzamos?- le pregunte.

-Ya lo hicimos- me dijo Mew.