LA REVOLUCION DE LAS EX'S.

Capitulo 21.

Estuvimos hablando hasta que se apago mi móvil, maldije, pero aún así se comenzaba a tornar "soleado" en mi vida, sentía debía terminar de una buena vez con este capitulo tormentoso, completamente doloroso al lado de una persona que seguía amando desenfrenadamente, Alex. Mi mente ya tenía un objetivo de superación, sanación y mucha paz.
Sabia que no sería nada fácil, claro que no lo sería, aún la deseaba y apuesto mi vida a que ella a mi. 

En estos momentos pensé en Gabriela y me sentia confundida ante lo que sentía por ella,  se ha portado muy bien conmigo, pero al final de la noche siempre me iba a dormir con la misma chica en mente, cuerpo y alma. Y cada vez que pensaba en estas situaciones me frustraba, me enfada tanto seguir enamorada de alguien que probablemente este besando otros labios y tocando otra piel.

Me senté en el parque y  sólo me perdí en mis estúpidos pensamientos. Cuando desperté de ellos estaba sentada en uno de las bancas con un cigarro en la mano y ojos cristalinos, no se imaginan cuanta decepción y rabia sentí en ese mismo momento.   ¿Como me pude convertir en esto?, escupí expulsando ese horrible sabor que el cigarro dejaba en mi boca tratando de desatar ese horrible nudo que se hacía ante cada palabra que recordaba, cada maldita mentira que le creí, me estaba matando esto. Tome mis audífonos y subí todo el volumen, tratando de callar mis pensamientos. Cuando llegué a mi casa apagué el móvil,perdi la cuenta de cuantos relajantes tome, pero sólo buscaba paz para mi mente, quería sol para esta tempestad.

Un nuevo día, nueva mascara.

Me desperté con los ojos un poco hinchados, sentía que había llorado mucho, pero lograba recordar nada, ni tan siquiera si había soñado. Me senté en uno de los costados de la cama y todo comenzó a girar, me levante, era como si estuviese en una ruleta todo daba vueltas, balanceándome llegue hasta la puerta de mi habitación y mi papá estaba en la cocina, el me hablaba pero no lograba enfocarme en lo que él me decía era como si me hablara en cámara lenta, sin más comencé a ver todo negro y me desplome perdiendo el conocimiento. 

*FAST PART ALEX*

Habían pasado semanas desde la ultima vez que ella me había dirigido la palabra, ya no correspondía a mis miradas, era como si yo no existiera para ella y eso me esta matando a pasos cortos. Le quería hablar pero era tan obvio que no me respondería, ella nunca había estado tan enojada conmigo, su indiferencia me duele más de lo que ella cree. 
Y así era como pasaban mis días, pensando en ella, sintiendo impotencia por no poder tomar el móvil y llamarle, escuchar su voz, con eso estaría más calmada. 

-¡Hey, tierra llamando a Alex! - exclamaba mi madre mientras hacía un fastidioso chasquido sacándome de aquellos pensamientos.
-¿Q-que pasa madre?
-¿Que tanto piensas?, no haz probado bocado, ¿acaso no tienes hambre?- Era muy extraño ya que yo tenia hambre las 24 horas del día, pero en este momento sólo quería saber de ella. No me bastaba verla a diario, quería volver a tocarla, masajear su cabello mientras me contaba alguna de  sus historias que tanto me gustaba escuchar. 
-Nah mamá, no es nada, sólo me duele un poco la cabeza.- dije utilizando un todo de dolor, para que fuese más creíble, claro. Me levante de la mesa para guardar la comida, por que en estos momentos mi apetito estaba totalmente extraviado. Sentía la mirada controladora de mi madre, pero en ese momento no me importaban sus pensamientos. 

Necesitaba un respiro..

Entre a mi cuarto, empuje un poco la puerta respirando hondo y dejando que el cuerpo hiciera lo propio, soltando cada uno de mis tensos músculos sobre la cama cerrando los ojos y recordando.. 
"-Podrías dejar de mirarme Liz, ¿que tanto me ves?
-Lo considero imposible, veo en ti lo que en ninguna otra encuentro.- todo en mi dio un vuelco, sentí como corriente pasaba por mi cuerpo mientras entrelazábamos nuestras manos de una manera tan lenta y tierna." 
Lagrimas pasaban por mis mejillas al no entender que era lo que estaba pasando conmigo, me sentía encapsulada en un laberinto sin salida. 
Tome mi móvil y marque su numero.. Me quede mirando el celular sabiendo la estupidez que cometería donde hundiera el pequeño botón verde.