Parte 1 Prólogo de Sangre.

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Año 1450, Brujas, Bélgica.

Mis manos temblaban de una manera incontrolable, gracias al miedo que había poseído mi cuerpo cosa que jamás había sucedido, mi respiración entrecortada, mi espalda recta en el árbol, el silencio que emanaba todo alrededor del bosque y el viento gélido, me daba la impresión que se acercaba, lo que más le temía, lo que trate de evitar. . . La muerte.

La luna llena en el cielo, no lucia hermosa esta noche, algo peligroso se encontraba cerca, frente a mí, un arbusto se movió, y de pronto, solté un grito ahogado al ver dos ojos completamente rojos y pupilas felinas que me observaban fijamente.

Era un depredador y yo su presa.

Corrí, de manera desenfrenada, el castillo estaba cerca, la poca nieve acumulada en el suelo empapaba mis pies conforme corría, debía llegar, tenía que hacerlo, las imágenes desgarradoras del reciente ataque a mi carruaje y la cabeza partida en dos del conductor bloqueaba mi mente, aun podía oler el hierro de la sangre.

Mis pequeños hijos, que harían ellos sin su padre en vísperas de Navidad.

Lo que sucedió a continuación fue demasiado rápido, una risa sobre humana a mis espaldas me heló la sangre, después de una milésima de segundo un dolor agudo en mi espalda baja hizo que mis rodillas se doblaran y cayera al suelo, la nieve blanca a mi alrededor se impregno con un color escarlata y un asqueroso aroma a hierro.

Mis ojos comenzaban a cerrarse, lo último que pude ver, fueron dos ojos carmín sonrientes, todo a mi alrededor se tornaba negro, la muerte había llegado.

La criatura arrastro el cuerpo sin vida del Conde Collingwood por la cabeza, victoriosa mostraba sus colmillos en la oscuridad, dejando un camino color carmín que cubriría la nieve durante la noche, sin dejar rastro alguno.

ANGEL TEARSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora