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    —Si vas hacer algo, hazlo ya—menciono Dru mirando con odio al capitán de ese barco.

—Oh, que carácter hombre—rió un poco apoyando sus manos en las piernas del menor que sólo tembló ante el contacto.

No podía hacer nada en contra ya que estaba amarrado en la silla y el rubio, Jace, lo miraba como si fuera un bocado.

—Pero ese carácter es el que necesito para que ayude en el barco—Dru no entendía. ¿Por qué ese pirata lo necesitaba? Podría matarlo y ya.

—Creo que te pegaste muy fuerte en la cabeza—Jace rió para tomar el mentón del menor.

—No, estoy hablando enserio pequeño, quiero que seas parte de mi tripulación—le era extraño aquello.

—¿Qué quieres de mi?

—Todo—se relamio los labios. Dru se le hizo tentador pero negó mentalmente. Jace podía ser un pirata pero era atractivo y cualquier mujer caería ante sus pies, lastima que este sólo le interesaba los hombres.

—Dejame pensarlo...NO—Jace se alejó dando un suspiro.

—Y yo que pensaba tratarte como la reina de este barco, darte lujos y tener todo lo que quieras, pero veo que no quieres—Dru negó con la cabeza.

—Lo siento pero no soy ese tipo de chico interesado, soy honesto y vengo de una clase baja—Jace se llevo una mano a la cabeza.

—Entiendo, pero que es lo que quieres para quedarte

—Que dejes ir a todas esas jóvenes sin pedir algo a cambio—Jace lo pensó pero sonrió perverso.

—Lo haré, pero aparte estarás en mi cama todos los días que estés en el barco y no pondrás objeción a lo que quiero—Dru apretó los dientes con fuerza. Era su dignidad que corría riesgo pero la seguridad de las jóvenes eran importantes.

—Bien, lo haré—recibió un beso de sorpresa que obviamente no correspondió.

Por alguna razón no le dio asco como pensaba sentir, al contrario, era agradable pero como el orgulloso que era no acepto.

—Quedate aquí pequeño—mencionó contra los labios del menor.

Vio como se retiraba de la habitación y miro por todos lados. No había nada para escapar pero ¿Por qué escaparía?  Si no se quedaba todas esas mujeres sufrirían por los piratas. Así que sólo se quedo quieto meciéndose por como se movía el barco.

Aquello era relajante y las pocas veces que viajó en barco, lo disfrutaba como nunca y al principio pensaba que su estomago se devolvería y expulsaría todo. Tanta fue la sorpresa que colocar un pie en el barco no le pasaba nada y se sentía libre con aquella brisa y el olor a mar.

Sonrió nostálgico. Su sueño siempre fue ser un viajero en barco y ahora seria parte de los piratas. No quería admitirlo pero sentía miedo. Sentía miedo de estar en la cama de ese hermoso pirata, se ser su juguete, aunque eso no estaba mal. Negó con la cabeza ¡Claro que estaba mal! ¡Muy mal! No debía pensar así de  alguien que lo secuestro, que lo chantajeo. No debía.

Dio un pequeño brinco al escuchar como la puerta de la habitación se abría y después se cerraba.

—Mis camaradas se encargaran de llevar a las señoritas a tierra, aunque tardaran porque estamos muy lejos—estaba frente de Dru mirándolo con una sonrisa.

—Eso espero—no levanto la mirada pero vio como lo desamarraba.

—Yo cumplí, ahora te toca a ti—al estar totalmente desamarrado, Jace lo cargo en su hombro y lo dejo en la cama.

El silencio le había ganado a Dru que no sabia que hacer. Nunca había estado con un hombre. La risa del mayor lo saco de sus pensamientos.

—Eres virgen—eso era afirmación. Sus mejillas enrojecieron.

—Yo...—el beso del mayor lo hizo callar.

—Tranquilo, me conformare con que duermas en mi cama y que siempre estés conmigo—el menor no entendía ¿Acaso no quería acostarse con él? ¿Tan poco atractivo le resultaba? Más que aliviarlo, le molestaba. Sabia que muchos se babeaban por él pero al parecer el capitán no le hacia caso.

—Esta bien—miro a otro lado pero un beso en su cuello lo estremeció.

—Eres tan hermoso, como quisiera que fueras mio por siempre y que tu estés a mi disposición, como me gustaría—beso de nuevo el cuello del menor.

Llevó su mano al muslo de Dru acariciándolo y subió llegando a la entrepierna del menor que sólo se mordió el labio.

—O-Oye...e-eso...—los ojos del mayor mostraba deseo.

—Dejame tocarte—asintió tímidamente.

La ropa que tenia desapareció, Jace tocaba y besaba cada parte visible estremeciendo al menor que suspiraba y daba algunos gemidos. Cierta parte de Dru estaba despierta al igual que el del capitán pero ignoró la suya.

Descendió quedando frente el miembro del menor y se lo metió a la boca. Dru gimió al sentir la húmeda boca del mayor.

Simuló unas embestidas mientras que metía un dedo dentro del menor que abrió los ojos ante la sorpresa.

—T-Tu...dijiste...—una sonrisa apareció en la cara del mayor.

—Sólo disfruta, no entrare por momento—otro dedo entro en el menor dilatando la entrada y buscando aquel punto que enloquecería al menor.

Lo encontró cuando Dru había llegado al orgasmo con sólo rosar aquello. Si con dedos podía hacerlo correr, no se imaginaba cuando estuviera dentro de él, el menor era muy lascivo.

Saco los dedos viendo que el cuerpo del menor temblaba ¿Seria por el orgasmo? ¿Por el frío? O ¿Por miedo? Esperaba que fuera por las dos primera.

Dru no sabia que pasaba con él, había tenido el mejor orgasmo en toda su vida, realmente el único.

El cansancio lo atrapo y se quedo dormido ante la atenta mirada de Jace.

Matelotage [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora