CandYland |Cross Gene| [One Shots] |TERMINADO|

005. Seyoung

Tenía dos días enferma en cama, el doctor me había prohibido salir, y mi madre se había tomado al pie de la letra sus instrucciones, veía las fotos de mi celular, sonreí al ver la última foto, mi novio me rodeaba entre sus brazos mientras depositaba un beso en mi mejilla, esa misma tarde había comenzado a llover y en lugar de correr para escapar de la lluvia, Seyoung y yo comenzamos a jugar debajo de esta, fueron horas las que estuvimos como niños, al día siguiente fue cuando toda esa felicidad se había convertido en un horrible resfriado, estornude y deje el celular de lado para acostarme nuevamente, realmente no me sentía nada bien.

-Hija- Mamá se asomó por la puerta regalándome una sonrisa –Tengo que ir por unas compras, ¿quieres algo en especial? -

-Salir de aquí- mi madre negó mientras sonreía

-Volveré rápido-

-Está bien- segundos después escuche la puerta principal cerrarse, suspire acostándome de nuevo, cerré los ojos, pero mi celular sonó haciéndome despertar de nuevo, al leer el nombre en la pantalla sonreí enormemente, respondí la video llamada dejándome ver a mi novio del otro lado de la pantalla

-Amor, ¿Cómo te sientes hoy? –

-Seyoung- sonreí jurando sentirme mejor con el simple hecho de escuchar su voz –No voy a mentir, no me siento muy bien- el se acercó a la pantalla haciendo un puchero

-Te quiero aquí conmigo, el clima es increíble- parecía estar afuera y caminaba a algún lado

-¿Dónde estás?- pregunte

-Bueno, ya que tu Mamá no quiere dejarme entrar a verte...- hizo una pausa –Tu madre es una mujer muy difícil-

-Lo se- rei, los días anteriores lo había escuchado gritar desde afuera, lo mas que mi madre había permitido que entrara era al pie de las escaleras, y escuchaba como gritaba para que supiera que estaba ahí pero que mi madre no lo dejaba entrar –Ademas le doy la razón, no quiero contagiarte-

-Pero quiero verte, también puedo cuidarte- hizo un puchero, eso se le estaba haciendo costumbre y debo admitir que me gustaba

-Estare bien, sabes que los cuidados de las Madres son como magia, eran hadas en otra vida o algo asi- ambos reímos, Seyoung no había parado de caminar desde que habíamos empezado a hablar, y lo que alcanzaba a ver no me dejaba saber donde estaba

-Seyoung, ¿vas a decirme donde estas?- el sonrio mirando al frente sobre el teléfono para volver su vista a la pantalla

-Dame unos segundos, casi llego, es una sorpresa-

-Bien...- acepte, segundos después parecía cruzar una calle y todo el ruido que venia de su lado de la línea ya no se escuchaba

-Okay...mira esto- despego un poco su celular y dio una vuelta mostrando el alrededor, sonreí enormemente, era claro que ya no estaba en la ciudad, era el mismo lugar donde habíamos salido a nuestra primera cita, donde nos costó mantener una conversación, donde nos apenaba incluso mirarnos a los ojos y aun asi esa misma noche me beso por primera vez –Sorpresa, estamos en una cita...virtual, pero cuando te sientas mejor prometo traerte conmigo-

-Siento no verme mejor para nuestra cita- me lamente, Seyoung sonrió tiernamente

-Estas hermosa- hablo, me sonroje como si fuera la primera vez que lo dijera, tenía la necesidad de salir de esa cama y correr a donde Seyoung estaba, pero podía jurar que no llegaría más allá de la puerta principal de mi casa –Y mira lo que tengo...- levanto una mano dejándome ver un trozo de algodón de azúcar que puso en su boca para luego reír –Y tu no puedes comerlo- el tono de burla en su voz combinado con que apenas podía hablar con la boca llena me hizo reír, podia jurar ya no me sentirme enferma.

–Me escuchare dramático y puedo apostar que si Yongseok estuviera aquí se burlaría hasta la muerte de mi pero...te extraño, mucho, demasiado! -

-¡Seyoung!- reí, tenía razón, apenas eran 2 días, pero una parte de mi estaba igual o peor que el, éramos cursis por excelencia

-Recupérate pronto para ya poder abrazarte- asentí y el sonrió, escuché la puerta principal y a mi madre avisarme que había llegado

-Debo colgar, Mamá me regañara si me ve con el teléfono, sabes cómo son las Madres, para ellas todo lo malo lo causa el celular-

-Está bien, tratare de ir mañana para rogarle a tu Madre que me deje verte-

-Dudo que lo logres- reí, el asintió

-Espero haberte hecho sentir mejor con esto, solo quería distraerte un poco-

-Lo hiciste... y también me haces sentir mejor con tus mensajes cada hora- el se encogió de hombros

-Tienes suerte de tenerme- entrecerré los ojos ante sus palabras –Okay...okay, el que tiene suerte soy yo- rei asintiendo, el me sonrió -Te amo, recupérate- asentí y el tiro un sonoro beso a la pantalla –Te veré pronto princesa-

-Te amo también- me dedico una última sonrisa y la llamada se cortó.