Parte 3

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Unos dedos habilidosos se paseaban por la piel que un pronunciado escote dejaba al descubierto, y no solo por la piel al descubierto, también se atrevían a indagar en la piel cubierta por la ropa, pasando levemente por los pezones para al fin contornear la redondez de esa cálida y deliciosa carne.

-Ah... esp... espera

Como respuesta a su petición, ella recibió un dulce y experto beso en su delgada boca, un beso que poco a poco se fue haciendo más ansioso, algo torpe pero demandante. Un beso que no esperaba que le robara el aliento. Sin darse cuenta fue cediendo justo hacia donde la querían llevar.

Aquellos dedos habilidosos seguían su recorrido por el femenino cuerpo, esta vez se aventuraban por los costados, la cintura, la cadera y oh, lotería~ llegaron hasta la sensible piel que iba desde la ingle hasta el muslo interno. Al sentir el tacto tan íntimo, ella soltó un jadeo y por inercia trató de cerrar las piernas, la sensación era intensa, se intensificaba más por la falta del aire que el moribundo beso aun le robaba.

Más por necesidad que por ganas, el beso fue muerto de un momento a otro, ambas personas dentro de ese cubículo del baño de mujeres respiraban con fuerza tratando de normalizar su pulso y la entrada de oxígeno en sus cuerpos.

Ella sonrió algo apenada y muy sonrojada, no se atrevía a mirarle a los ojos, el silencio que se formó no era pesado, más bien era expectante, deseaban continuar después de todo, pero nadie daba el siguiente paso. No era por falta de temeridad, no si ya habían llegado a ese punto en ese lugar, era más por no querer matar ese momento perfecto... aunque corrían el riesgo de que la atmosfera se enfriara por completo.

Todavía nerviosa y apenada, fue levantando la vista mostrando su marcado sonrojo y su tímido gesto de deseo frustrado. Ahora fue ella quien dio el primer paso, literalmente, ya que se acercó para rodear y acariciar el cuello de su acompañante, volvió a sonreír de modo dulce antes de besar esa boca que sabía tan bien y que la hacía sentir tan bien.

Su beso fue bien correspondido, le acariciaron la mejilla con lentitud mientras su boca era invadida por una curiosa lengua que hacía del beso algo más interesante e intenso. No se dio cuenta de que la habían sentado sobre la tapa del inodoro hasta que volvió a sentir aquellos habilidosos dedos sobre sus pechos. Ahí fue cuando ella terminó el beso con un jadeo, no porque el toque hubiera sido muy intenso, sino que ella no se esperaba que otra vez le tocaran esa zona.

Con sus labios libres, su acompañante no tardó en recorrer, con pequeños besos y mordidas suaves, desde el lóbulo de la oreja hasta el escote que tan bien sentaban a sus senos. Esta vez sus dedos fueron más allá, bajaron el escote de uno de los senos hasta mostrar el sostén claro, no conformes con ese atrevimiento también bajaron el sostén para descubrir un seno apetecible, demasiado tentador para dejarlo pasar.

-Nnn, no... ah.

Ella echó la cabeza atrás, dejando el camino libre, quería sentir lo más posible pero la timidez aún estaba presente como para atreverse a ver las acciones que se realizaban sobre su cuerpo. Esa especie de permiso hizo que los dedos y su habilidad tomaran la iniciativa, fueron directo al pezón, halándolo suave pero insistentemente, acción que a ella le causaba placer y un gran deseo de que continuara. Como si le hubieran leído la mente, poco después sintió que los dedos eran reemplazados con unos cálidos labios y una húmeda lengua que estimulaban directamente su cada vez más duro pezón.

-¡AH! Mmnmn

Cerró los ojos y se tapó la boca con ambas manos, su cuerpo reaccionaba a las caricias, se tensaba y se removía sobre el incómodo asiento, eso le recordó que no estaban en un lugar romántico sino en un baño que no se reservaba el derecho de admisión, cualquier otra chica que entrara se daría cuenta de lo que estaban haciendo, llamarían a los encargados y los echarían del bar... cosa que al parecer a la otra persona no le importaba mucho pues sus acciones se volvían más intensas.

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