Un paso para llegar

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Blaise Zabini sabia que siempre hay que verle el lado divertido a las cosas y divertir las cosas cuando todo es tristeza o aburrimiento; se levantó con la necesidad de divertir un poco el ambiente, quitar las ya pocas tensiones que había.

-¿Qué hay pequeñines?-dijo con humor.

-Uy perdón viejo-dijeron los gemelos.

-Jaja- se rió bueno mi historia es totalmente diferente a la de los demás; mi madre me entrego a Voldemor y sus fuerzas como carne de cañón, al inicio no me importó pero después cuando empezó con las matanzas yo jamás me anime a matar y aún hoy en día no he matado a nadie-bajo la cabeza-No quiero se un asesino.

A una pelirroja se le encogió el corazón al ver a su moreno, así que se levantó de su asiento y agarro la mano, se acerco a su oído.

-No eres un asesino.-le susurro y le dio un beso en la mejilla.

Ginny, la adolescente, estaba roja del mismo todo de su cabello de tal manera que se no se distinguía con claridad donde iniciaba. No sabía que pensar, decir o hacer; su versión adulta beso a la versión adulta del maldito Slytherin mujeriego.

-¿Tu y él?- tartamudeó Blaise, el adolescente, pues aunque tuviera fama de mujeriego nunca dejo de ver e imaginar desde las sombras como sería ser quien hiciera reír, quien abrazara, estar con ella, amar a Ginevra Weasley,

Ginny por otro lado estaba llena de emociones: estaba enojada, porque él, un mujeriego; estaba nostálgica, temía ser una más; pero muy en el fondo sentía que era lo correcto, que ese destino era el que ella quería.

-Después de la guerra- continuó con fuerzas recobradas Blaise- fui a juicio y fui uno de los pocos que aun portando la marca tenebrosa se salvo de Azkaban, bueno yo me salve con la ayuda del trío de oro al cual ayude a encontrar algo en esta misma sala- todos los adultos sonrieron o soltaron una pequeña risa- y como a todos Molly y los Weasley me invitaron a su casa pero yo me negué durante unos cuantos meses, mientras inicie mis estudios de medimago y auror; quería llenarme de trabajo para dejar de pensar en que todos me tachaban de asesino, quería alejarme de todo y de todos. Theo y Draco me convencieron, de manera muy insistente a ir a la madriguera por el cumpleaños de la Weasley más joven de nuestra época en Hogwats pero yo no lo sabía solo era ir y ya, fui como el regalo sorpresa.-dijo rascándose la nuca haciendo reír a los adultos más que nada a Draco y Theo- Bueno después de la fiesta Ginny y yo empezamos a tener citas, iba muy seguido a la madriguera.

-¡Por Merlín, Blaise! Ibas todos los días. - exclamo Ron, adulto, haciendo reír a todos a excepción de ambos Blaise's.

-En fin - suspiro- después la invite a salir, formalmente, cosa que me hizo enfrentar la furia de los Weasley y aliados solo por dos minutos enfrente de Molly y posteriormente dos frascos de Veritaserum, - el adolescente sintió varias miradas encima de él.

-Supongo que Harry, Ron y Neville se vengaron, ¿no?- comentó.

Todos rieron por su comentario.

-Si, me temo que si. - dijo Ginny, la adulta- Bueno, en mi caso, después de la guerra termine mis estudios para después trabajar como cazadora en las arpías hasta que supe que estaba embarazada- todos los adolescentes de Gryffindor mataban con la mirada a ambos Blaise's - cuando empecé a trabajar en El Quisquilloso y El Profeta en la sección de quidditch. -Blaise miraba a la Ginny adolescente, a su Ginny con orgullo y con anhelo porque él quería que ella fuera su salvación.

En ocasiones es necesario que no solo los hombres den el primer paso, la mujer debe dar también el primer paso y marcar una pequeña, gran diferencia. Ginny lo sabía, sabia que Blaise era un mujeriego que necesitaba de alguien que le diera todo el amor que nunca tuvo, sabia que Blaise el único problema que tenía era ese, su falta de amor. Se armo se valor y se levanto bajo la mirada atenta de sus hermanos y amigas, bajo el ceño fruncido de los hombres que se volvieron su familia y los que ya lo eran, bajo la sonrisa que estaba de acuerdo en lo que ella hacia se sus mejores amigas, de sus hermanas; camino hasta estar enfrente de Blaise.

- ¿Me puedo sentar? -dijo tratando de contener ese sonrojo que estaba a la vuelta de la esquina.

Blaise estaba atónico, no sabia si solo era un sueño o si era otra pesadilla. No salía de su estado de trance por lo que Draco le dio un leve codazo.

-Claro que puedes- dijo recorriéndose dejando a Draco fuera del sillón.

Harry, el adolescente, vio como su amiga miraba a Malfoy y al él quedarse sin lugar.

-Malfoy, -le llamó y l nombrado volteo a verlo sin emoción alguna en el rostro- ven a sentarte.- dijo palmeando el lugar entre él y Hermione.

Hermione estaba hablando con Luna forzándose para no voltear a ver hacia la dirección del rubio, cosa que hacia que la rubia riera por lo bajo una que otra vez.

El rubio se debatía internamente si seria capaz de estar sentado al lado de esa chica sin hacerle nada o decirle algo; pero oportunidades como esa sólo en dan una vez en la vida. Afirmo con la cabeza y avanzo con mil preguntas en la cabeza pero sin cambiar de idea.

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