Capítulo 3: El Bosque.

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Taehyung miró a su alrededor, con los ojos bien abiertos, casi sin parpadear. El miedo estaba presente y su respiración era agitada. Humo blanco salía de su boca, mas no sentía en verdad aquel frío que lo abrazaba con la adrenalina corriendo por sus venas.

A pesar de estar completamente a oscuras, la luna le ayudaba a divisar diferentes flores que nunca en su vida había visto, con colores y formas llamativas. Los árboles se alzaban frondosos sobre él, impidiéndole ver más allá.

Observó el cielo y por un momento el miedo se fue. Sus ojos estaban iluminados a causa de grandes lunas de diferentes tonos. Eran tan grandes que parecía iban a caer sobre él. Debía estar soñando... o claramente ya no estaba en la Tierra.

Caminó torpemente, aun admirando el paisaje, sorprendido con la cantidad de estrellas, cuando de pronto escuchó una voz demasiado conocida: —¡Taehyung! —gritaba Jungkook en alguna parte del bosque.

No tenia idea de en donde estaba, pero por el volumen de su voz podía determinar que estaban muy cerca.

—¿Jungkook? —volteo sobre sus talones, paseando rápidamente su mirada miel por el lugar en busca de una señal.— ¡Jungkook!

—¡Estoy aquí!

Ambos caminaron por donde escuchaban sus voces, hasta que se vieron. No dudaron en correr hacía su encuentro, el cual terminó en un fuerte abrazo. Taehyung estaba realmente feliz de no estar solo en ese lugar, pero también temía por la seguridad de ambos.

—¿Estas bien? —preguntó Jungkook, tomando su rostro con ambas manos para verlo mejor. Taehyung solo asintió, aun con la respiración agitada.— ¿Ese maldito te hizo algo más?

—No descuida, pero... no se porque estas aquí, puede ser peligroso.

—No podía dejarte solo. —acarició con sus pulgares sus frías mejillas, dejando unas sutiles y suaves caricias.

Taehyung estaba dispuesto a responder, pero unos crujidos de ramas y hojas llamaron la atención de ambos. Voltearon la vista y hasta tuvieron que entrecerrar un poco los ojos para poder notar la figura negra que los asechaba desde allí.

Jungkook tomó de la mano a Taehyung y caminó lentamente hacia atrás. Lo que parecía ser un enorme puma negro salió de entre la maleza, mostrando sus colmillos afilados. Poseía plumas turquesas y aguamarinas detrás de sus orejas, también en sus patas y cola. Caminaba lentamente, sus ojos amarillos brillaban aun entre tanta oscuridad e incluso lanzaba gruñidos por lo bajo.

Se veía furioso, como con sed de sangre y a leguas se notaba que su primordial objetivo era Taehyung.

—¿Qué es eso? —susurró Taehyung, sorprendido por lo grande que era aquel felino.

—Nunca había visto algo así en la vida. —mientras continuaban caminando hacia atrás, tan lento como podían.

El animal dejó salir un rugido de su boca, para luego lanzarse contra ellos. Tanto Jungkook como Taehyung no perdieron tiempo alguno y echaron a correr tan rápido como sus piernas se lo permitían, escuchando las patas del animal chocar ferozmente contra la tierra seca a sus espaldas.

No tenían idea de por dónde iban. Eran tantas las plantas y árboles que obstruían su camino aun sin quererlo.

—¡Nos está alcanzando! —chilló Taehyung, notando como ya casi les pisaban los talones.

—¡Corre más rápido, Tae! —lo alentó Jungkook, sin soltar su mano. Cada vez veía menos árboles. Tenía la esperanza de llegar a algo que se acercara a la civilización, pero estaba equivocado.

Ambos frenaron a tiempo antes de caer por un alto precipicio, tirando tierra y pequeñas piedras que posaban en el borde. Con cuidado, se asomaron lo suficiente como para notar que debajo les esperaba un furioso río que caía cuesta abajo, con puntiagudas y peligrosas rocas sobresaliendo del agua.

El Dorado y El Guerrero de Sangre | KookTae (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora