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Recuerdo que llegaste un diciembre. Eras tan pequeño que me sorprendía que mi palma fuera más grande que tú. Llegaste como una luz iluminando un camino oscuro que no sabía había; tus ojos no me veían aún pero sabía que podías sentirme cerca. Te enseñe la melodía más hermosa que existía para mí pero tu siendo tan pequeño pareciste odiarla, el sonido te abrumo. En mis memorias está el exacto momento cuando te deposite en mi corazón para dar paso a entrar en mi vida, el momento sigue como cicatriz en mí, te enseñe a vivir la vida, valer las cosas para ti mismo, a amar y al parecer ódiame también. Tú eras tan pequeño que me burlaba de tu cabeza siendo más grande que tus orejas. Recuerdo la primera foto que te tome, la primera caricia y la primera vez que te deje. Lloraste tanto que mi corazón se rompió del dolor, y esas pequeñas cosas provocaron que tu amor se apagará, esa pequeña llama que estaba encendida se esfumó con el paso de los días, lo recuerdo muy bien. Tu copo de nieve desprendías un olor a leche agria que quemaba mi olfato pero lo amaba. Al ser tan pequeño te creías el rey de la tierra y eso sólo provocaba que mi corazón creciera de amor por ti. Mientras yo sólo tenía ojos para ti, tú sólo los tenías para ella. No te culpó, ella fue mucho mejor que yo, cualquiera lo hubiese sido. Tenías un coraje que amaba y admiraba a pesar que otros sólo te vieran como lo que eras, para mí siempre fuiste más, mucho más. Fuiste. Qué triste es esa palabra, simplemente porque es el pasado. El pasado atormenta mis días. Fuiste la luz en la oscuridad, una que no sabía me consumía. No sé qué hubiese sido al no encontrar mi camino contigo, algunas veces pienso donde estaría si nuestras vidas no se hubiesen encontrado, probablemente no estaría aquí escribiendo esto para ti. Tu partida fue una daga en mi corazón pero mientras más lo pienso ¿fui yo la que partió o fuiste tú? Porque fui yo quien te dejo de vuelta en la puerta, quien por “amor” te dejó, día a día me pregunto si fue amor. Mi amor ha destruido a pequeños como tú, pero ninguno de ellos me salvó como lo hiciste. Las lagunas de mi mente son testigos de mis días oscuros mientras tú eras mi cuerda. Me aferre olvidando mi vida para ponerla sobre la tuya, mi vida colgaba de la tuya y eso no era algo saludable, lo sabía, pero tú me dabas vida, lo hacías… ¿quién tenía el derecho de juzgar eso? Al despertar de mi sueño me percaté de la realidad y decidí cambiarla y hoy en día me cuestiono esa decisión, sin ella probablemente estarías a los pies de mi cama mirándome con esos ojos llamativos que sólo prometían aventuras. Comencé a preocuparme por mí y a olvidarte, nunca deje de amarte y nunca lo hare, pero mi bienestar importaba y el tuyo fue quedando en segundo plano ¿Fue esa mi maldición? Lo pienso así. Te abandoné pensando nuevamente lo mejor, lo que yo creía. Te deje con sombras que no eran mis fantasmas y poco a poco deje de buscarte y llamarte. ¿Fue mi error? Sí, ahora lo sé; recuerdo ese primero de Junio como si sólo hubiese pasado hace un minuto. No era el día pero para mí lo era, supe la verdad y está quemó tan profundo en mi ser que lo sabía. Te falle, me falle y falle a nuestro futuro como a nuestros sueños. El mundo se desmoronó conmigo, mi ancla se había ahogado sin mí y mi final era el mismo. Los días pasaban sin pesarme después de tu partida, los amaneceres se veían sombríos después de perderte. Los días oscuros volvieron con el peso de la culpa y el dolor. Culpa, yo era la culpable, lo sabía y lo sé... aún lo sé. Mi ancla no se encontraba conmigo nunca más ¿Que sería de mí? Rasgándome por dentro y fuera mis heridas volvieron a verse ¿quién me sostendría esta vez?... Nunca supe si fuiste tú pero pude salir nuevamente, la oscuridad opacaba mi camino pero los recuerdos ayudaron a disolver la pesadez. Hoy... un año después de tu partida sólo tengo las fuerzas para amarte, esta vez de una manera diferente... puramente. Mi corazón estaba envenenado antes de tu llegada y supongo que te absorbió. Quiero decirte que lo siento, por no haber sido lo suficiente cuando debía, y agradecerte por tu serlo para mí. El día de hoy no contaría está historia si no hubieses llegado a mi vida. Muchos pensaran que fuiste una pequeña cosa pero para mí significante el mundo y eso nunca se olvida, no a quien con solo una mirada, que con su corazón latiera mi mundo estaba completo. Recuerdo las veces que me desvele sólo viendo como tomabas aire para sacarlo una y otra vez. Mi cicatriz más grande extrañamente no son los golpes que la vida me ha dado, mi cicatriz más grande fuiste tú, tu llegada y por último tu pérdida. Fuiste y siempre serás mi Little T, quien me enseñó a amar y a vivir la vida pero ante todo a verla con pasión y amor. Ruego para que en mis sueños coincida una vez más mi camino con el tuyo, para verte una vez más. Para amarte una vez más y para pedir perdón. Perdón.

Little TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora