Estoy dispuesta a ponerme ebria, no puedo tolerar lo que siento y sólo quiero hacer que se calme, de verdad duele horrible.
Daniela me invitó a una estúpida fiesta, o quizás la fiesta no es estúpida, sino es una estúpida idea el asistir a una unos días después de haber enterrado a mi padre y quedarme sola. Tengo la opción de vivir con algunos de mis parientes pero la idea de tener que decidir entre mi linda tia Edna con su mal aliento y chismes sobre todo el vecindario o el tío Ernesto que siempre tiene una cerveza en la mano, pero claro, no es un problema de bebida, me tiene hastiada, entonces prefiero quedarme sola, a final de cuentas ya soy mayor de edad.
En fin, me pongo mis converse y doy un último retoque a mi cabello enmarañado y limpio un poco el delineador que se corrió por debajo de mis ojos. La verdad me tiene sin cuidado el cómo me vea, lo único que quiero es tomar lo suficiente como para recordar la mierda de situación en la que estoy.
El timbre de la casa suena y bajo con desgana las escalares. Ahí está Daniela con su brillante vestido y tacones como para sacar un ojo. Oh Oh... sé lo que viene.
-¡Ema! ¿qué es lo que te ocurre? parece que no te has duchado en tres días. dice con una cara muy similar al asco combinado con la lástima.
- Oh vamos! no empieces a joder, no tengo la intención de quedar bien con nadie, entonces arrastra tu trasero a tu auto y vámonos. Digo tajante mientras tomo una chaqueta y cierro de un portazo.
Una vez dentro de la fiesta me dirijo justo a la improvisada barra y tomo un gran vaso de lo que sea que contenga, cuando termino de dar un trago profundo abro los ojos y me topo con una mirada penetrante que me deja inmóvil y hace que todo mi cuerpo sea recorrido por una corriente. Trago saliva.
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¿Y ahora?
Short StoryEs una novela con giros inesperados que te dejará con ganas de seguir leyendo. La historia de amor arrebatadora que todos quisiéramos tener pero no todos podemos soportar.