Primera Parte

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Me siento cómoda. Aun continuo reconociendo de nuevo este lugar al cual atribuyo lo que se, o al menos las imágenes de mi pensamiento. Leves cosas pasan por mi mente y dirijo mi posición como lo desee.

Soy el único objeto en movimiento, no tendría sentido que hubiese otro además de mí y todo está ahí aunque al mismo tiempo no sé si ocupe esa posición. Ahora que lo veo de cierto modo no reconozco el tiempo ni lo que identificaría como mi velocidad. Sonidos. Las vibraciones en mi recuerdo me llenan junto a la evocación de los estímulos que las yemas de mis dedos reconocían como lo fiable.

Algo extraño me interrumpe y un gran peso me jala hacia atrás. Un cuerpo inerte se apodera de mí dejándome casi inmóvil. Reconozco mi cuerpo acostado en una cama. En el pecho siento el latir de un corazón que alguna vez ya había sentido, junto con una respiración más lenta que la que podría llegar a recordar.

Muevo suavemente mis dedos de la mano derecha uno por uno y percibo en medio del aire algo como una cuerda un poco rígida. Un cable. Alejo la atención de mi mano, la dirijo hacia mi cara y consigo levantar lentamente los parpados que cubren mis ojos. Un elemento fuerte e intenso me incomoda y perturba penetrante en la mente, como un golpe agudo lo haría en la piel. Que molesto es esto. Un algo irrumpe en lo que pienso, se parece a la idea que alguna vez me había hecho de cómo se vería un cuarto. ¿Así que esto tan estridente es poder ver?

El lugar en donde estaba. ¿Cómo llegue acá? Muchas ideas y preguntas sin respuesta invaden mi cabeza pero comprendo algo: prefiero estar en el lugar en el que me encontraba antes.

Así es como lo venDonde viven las historias. Descúbrelo ahora