Primer Capítulo :Peeta Mellark regresa al Distrito 12

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Primer capítulo

Empezaba a atardecer...y el frio era más intenso. Cuando entendí que la rebelión ya había pasado hace unos meses (aunque no quisiera). Salí  a cazar. Camino hacia el bosque ese lugar en el que había pasado momentos inolvidables al lado de Gale, que ahora está ya muy lejos de mí, recuerdo perfectamente cuando le dije que huyéramos  de aquí, tal vez no hubieran muerto tantas personas por el Sinsajo, tal vez Prim no hubiera muerto en el Capitolio.

-Prim, pudiste haber sido la mejor doctora…-mientras lo digo en un susurro, se me cae una lágrima. Tal vez lo pudo ser, pero por mi culpa ahora está muerta.

“Está muerta”…Después de la rebelión, tengo a todas las personas que realmente amaba muy lejos de mí, Peeta…quizá ahora más que nunca ya se realmente lo que siento por él. Después de todo gracias a él estoy viva, todo empezó en los primeros juegos del hambre en el que participe, y ahora que estoy aquí, lo extraño. Solo así, sin ninguna explicación concreta. Cuando pensaba que él actuaba en la arena…estaba enamorado de mi, y yo nunca lo tome nada en serio, porque según yo solo era dramatización para sobrevivir a lo juego del hambre y…Pensar que éramos los “amantes trágicos” Pues bien. Nunca podre saber nada…porque ya no importa nada, porque mi madre está en el Distrito 4,y mi hermana está muerta.

Llego al árbol en el que guarde un arco y flechas antes de la rebelión, milagrosamente sigue aquí, intactas. Para algo las necesitaré, tal vez para matar algunos sinsajos.

-Su especie torturo a Finnick y a mí en la arena, ese pájaro me dio el nombre “Sinsajo”. Quizá para Cinna, yo como el sinsajo era lo mejor, ya que el “siempre aposto por mí, y gano”-pienso, se me cae otra lagrima por Cinna. El tal vez era la única persona que confió en mí, y también murió.

Me siento en una roca cerca al lago en donde iba con mi padre, el lugar en el que vi a las dos sobrevivientes del ocho, que lamentablemente nunca llegaron al distrito 13.Es la última hora de la tarde, y empieza a nevar. Me doy cuenta de que he navegado en mis pensamientos, y finalmente este lugar se ha convertido en un lugar para reflexionar, como días anteriores…pero ¿Qué más da? He perdido el tiempo desde que llegue aquí.

Mientras camino de regreso a la Aldea de los vencedores…recuerdo de que Sae la grasienta me habrá dejado la cena lista en la cocina…si tan solo esto fuera bueno, sólo sería mejor si pudiera compartirlo todo con alguien, para dejar mi soledad tan fría como este tiempo.

Camino por el lugar en donde se llenaba de mineros a las primeras horas de la mañana…y no queda casi nada. Las botas de cazador, van dejando huellas en la nieve…ojala pudiera jugar con alguien en la nieve…al menos, sonreír de algo. Ya que hace mucho que no lo hago…Sae la grasienta dice que no todo está perdido, aunque nunca me ha dicho la razón.

La casa de Peeta permanece fría e inhabitable desde que llegue. Me agradaría que este conmigo aunque sea para discutir…Tal vez no piense en mí, como yo no he pensado en él  cuando no aceptaba todo lo que había pasado .Ahora que todo ha pasado, pienso en el.

Cuando llego a la puerta de la casa en donde vivo gracias a los Juegos del Hambre, que ni quiero recordar (y esta casa me lo recuerda siempre).Me siento en frente de la entrada…y miro la nieve, por un segundo veo sangre, pero finalmente no hay rastro de él. Siento que alguien cae al piso, seguramente es Haymitch por todo el alcohol que ha tomado…no lo he visto desde que me prometió que vendría a la casa todos los días.

Lloro sin saber porqué, no lo sé. Ahora valoro los abrazos y besos de Peeta en el Edificio de entrenamiento como también los que me daba en la arena, era lo único que podría calmar mis tristezas, mis pesadillas y todo lo que mi cerebro me permitía pensar a la vez.

Peeta Mellark regresa al Distrito 12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora