Empecé a odiarme a mí misma. Me había arruinado la vida solo por haber ido a una fiesta y juntarme con los que no debía.
No me podía casi mirar al espejo. De tanto odio que tenía encima me veía mal, muy mal. Os preguntaréis, ¿mal en que sentido? Me empecé a ver gorda. Pensaba: "Está es la explicación por la que tengo tanto culo y tantas curvas, la grasa. Toda esa asquerosa grasa que tengo acumulada."
Empecé a vomitar la comida. Y cuando no estaban mis padres directamente ni comía. Mentía. Así es, seguí con esa falsa vida que yo tenía. Simplemente decía que estaba haciendo dieta y ejercicio. Pero no es así, no comía. Era anorexica.