Lose control

IV

Yixing se relamió los labios cuando el pequeño pelinegro se separó de él y le dejó ver su sonrisa de chulo. Se quedaron mirando en silencio por varios segundos antes de que Baekhyun retirara sus delgados brazos de alrededor del cuello de Yixing y éste formara una mueca de desacuerdo casi como un reflejo.

—Debo irme a casa...–. sentenció Baekhyun y el más alto suspiró.

—Uhm... está bien–. Dijo resignado y Baekhyun soltó una corta risa.

—Vamos, Yixing. Mañana será otro día–. Murmuró y su adverso asintió. —Entonces me voy, recuerda no salir enseguida–. Le guiñó y el chino se limitó a asentir de nuevo. Baekhyun dejó un último beso sobre sus labios y luego salió corriendo de ese lugar que se había convertido en algo así como su escondite.

Se trataba del mismo lugar en el que se habían dado su primer beso hacía casi ya dos meses, ese pequeño pasillo de menos de un metro de ancho que estaba detrás de la biblioteca. En realidad, ninguno sabía exactamente cómo es que terminaron usando ese sitio prácticamente todos los días o cómo es que habían intercambiado sus números para poder enviarse mensajes y citarse ahí si alguno tenía un rato libre. Tan sólo sucedieron las cosas así, sin planes.

Yixing esperó algunos minutos antes de asomar la cabeza y sonreír con suavidad al notar que Baekhyun ya no se veía por ningún lado, así que levantó su mochila del suelo y tomó camino hacia su casa.

El día estaba nublado, no había muchas personas en la calle, pero se escuchó un trueno que hizo a Yixing correr hasta la entrada y tomar el primer taxi que vio. Cuando subió, una sonrisa de alivio apareció en sus labios al notar como pequeñas gotas caían en el parabrisas del taxi que había tomado. Se puso cómodo en el asiento trasero y sintió su corazón latir con fuerza al recordar de pronto lo que hacía justo antes de salir de la escuela, lo que llevaba haciendo todos los días desde dos meses atrás, para ser exactos. Aún recordaba esos primeros días en los que Baekhyun aparecía en cualquier lugar y luego se besaban, recuerda cuando Baekhyun apareció en la biblioteca fingiendo enojo y lo arrastró a ese mismo pasillo para comenzar a besarlo apenas estuvieron ahí... Recuerda esa firme declaración de ambos: "Te odio".

Yixing no puede recordar cuándo fue la última vez que se dijeron aquello, al principio solían decirlo siempre antes de besarse, como para que el otro estuviera consciente de que nada romántico sucedía entre ellos, pero en ese momento, Yixing ya no comprendía lo que sucedía realmente entre ellos, se sentía seguro al decir que no estaba enamorado de Baekhyun, pero de odiarlo... eso ya no estaba ni tan claro ni tan firme como antes.

Suspiró una vez más. Con frustración. Porque a esas alturas él ya sabía perfectamente que Baekhyun no se la pasaba pensando las cosas demasiado y eso le molestaba, porque entonces era él el único imbécil que trataba de entender su... su lo que fuera.

Yixing bajó de malas del taxi, caminó en grandes zancadas hasta su entrada y subió las escaleras casi corriendo, cuando abrió la puerta de su pieza, se encontró a Junmyeon sentado detrás de su escritorio usando su portátil y volvió a suspirar con fastidio.

—Alguien llegó de malas–. Canturreó y el pelinegro no respondió, ni siquiera se detuvo a preguntar cómo es que había entrado Joonmyun a su habitación porque estaba seguro de que su amigo había llegado a casa temprano y su madre lo había dejado quedarse ahí.

—No estoy de humor, Joonmyun–. Fue todo lo que dijo antes de arrojar la mochila al suelo y dejarse caer boca arriba en la cama.

—¿Peleaste con tu noviecito?–. Preguntó Joonmyun para provocar a su amigo, quien bufó.

—Byun Baekhyun no es mi novio.

—¿Eso es lo que te molesta?–. Yixing no se esperaba esa pregunta. Abrió la boca tratando de responder pero no había salido ni un solo sonido. —Eso pensé–. Concluyó el castaño antes de cerrar la portátil y comenzar a tomar sus cosas, cuando Yixing lo notó, se sentó en la cama y se quedó viendo a su amigo.