Dedicado a Andreea-Maca
Una gran escritora que me inspiró mucho a escribir. Aunque ya se despareció hace un año. Pasen a ver sus historias, de verdad es una escritora increíble.
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No se vayan a confundir, cuando la letra es cursiva es pasado.
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El verdadero significado del arte, siempre he definido el verdadero arte como belleza eterna, que se conserva durante años y mantiene intacta su belleza. Nada era más importante para mí que mi creencia por el arte, hasta que apareció ella. Aún siento mi corazón palpitar rápidamente en ese momento, ese momento en el que mi arte ya no era la única belleza ante mis ojos. Aun así siempre fui terco para aceptarlo, pero eso fue cambiando.
Sakura me mostró un folleto de un viaje concentrado en museos de arte, ella estaba muy emocionada esperando a que aceptara ir. Aunque lo hace por mí no pienso aceptar.
—¿Qué te parece? Sé que lo disfrutaremos.
—Es demasiado gasto, olvídalo —respondí sin interés. Es raro que lo haya sacado de la nada, debe estar tramando algo que sólo le beneficiará a ella, siempre lo hace.
—Vamos Sasori, será divertido, ¿no te gustaría conocer personas que piensan cómo tú?
—Dudo que lo hagan —cerré el folleto.
—¿Entonces por qué más conservarían todas esas piezas?
—Dinero —le devolví el folleto—, a ellos no les interesan las personas que de verdad lo aprecian.
—Personas cómo tú asisten, Sasori —tomó mi mano—. No estás solo —sonrió.Miré de reojo su mano sobre la mía, siempre me ha gustado tenerla cerca, pero hay veces que Sakura es tan empalagosa, buscando de mi atención y cariño desesperadamente. Es molesto, no soy su padre para chiflarla cuando quiere, es por eso que no le doy mucho afecto.
—¿Y cómo piensas pagar? —Removí mi mano de la suya.
—Kakuzu influencia mucho en ti —me miró mal—. Tú no te preocupes, yo me encargo de todo, será mi regalo para ti.
—Sin trucos —la miré serio.
—¡Lo prometo! —Se lanzó hacia mí para abrazarme y caí del sillón con ella encima.
—¡Sakura! —Grité molesto.
Estacioné el auto dentro de la cochera y suspiré viendo el volante, hoy ha sido un día muy complicado y me hace falta relajarme. Tomé mi celular y le escribí a Sakura; "¿Recuerdas ese viaje? Al que prometimos volver". Dejé el celular a un lado y recargué mi cabeza en el volante, cerré los ojos para volver al pasado.
Desperté en la habitación del hotel y me levanté, miré por la ventana preguntándome dónde estaría la habitación de Sakura, quizás debí acompañarla anoche. En fin, ella vendrá aquí cuando esté lista. Puede parecer cruel que no quisiera una habitación con ella, pero por más que la respete no sé qué podría pasar si me quedo una noche a solas con ella.
Me alisté y llamé a Sakura pero no contestó. Intento ser amable con ella y me ignora, como sea.
Salí de mi habitación y bajé a comprar un café en el restaurante del hotel, tomé asiento en una de las mesas de afuera y esperé. Después de unos minutos Sakura salió del elevador y noté que me buscaba con la mirada por todos lados. Desaprobé con la cabeza una vez que me vio y se acercó apresurada.
—Buenos días —sonrió como siempre.
—No me gusta que me hagan esperar.
—Lo sé, lo siento —miró hacia abajo.
Noté como su mirada se llenó de tristeza y su sonrisa se convirtió en una falsa. ¿Pero qué le pasa? ¿Hice algo mal? ¿Qué quiere de mí? Aclaré mi garganta para llamar su atención.