Reglas Fantasmales

Destino entrelazado

En el mundo de los fantasmas la regla más importante de todas es no interactuar con los vivos mas que para asustarlos.
Pero sera tan fácil  cumplir esa regla para nuestro protagonista?

Soy Oliver un chico creo que de 17 años, no lo sé en este lugar no te dicen nada sobre tu pasado lo unico que haces aquí es aprender las reglas de este mundo y a espantar a los vivos. Las reglas parecen simples, la primera es que no debes salir de este mundo hasta completar tu estudio de sustos, cuando ya los terminas se agregan mas reglas como no ir al mundo de los vivos de día, o no dejar que te vean hasta que sea él momento en él que tendrán mas miedo pero la mas importante que nos enseñan es que nunca debes de interactuar con ellos, no debes hablarles, contarles nada, lo único que puedes hacerles es darles un gran susto...
-oliver ya deja de estar en la luna- dijo un chico que parecía un poco menor a oliver, tenia él cabeño negro y ondulado además de corto, con varias pecas en la cara y ropa que parece de pirata- no hay día que no te pierdas en tus pensamientos no?
Oliver ríe un poco -ya sabes como soy Will, y como no estar pensando en tantas cosas especialmente hoy que por fin logramos pasar todos los cursos de espantos, ¡la semana siguiente nos dejaran salir a conocer él mundo de los vivos!-
-Estoy algo nervioso, dicen que existen los caza fantasmas, ¡no quiero que nadie me cace!-
-Yo mas que nervioso estoy emocionado-
-Pues claro como no lo vas a estar Oliver, si eres él mejor de todos con los poderes de fantasmas, tus notas siempre han sido estupendas en las practicas de espantos seguro que a mi no me tendrá miedo ni él mas miedoso, me atraparan en un segundo-
-Pero aun así no debes preocuparte-dijo Oliver -Siempre que sigas las reglas de este mundo estarás seguro, además recueda que quienes las rompieron ¡no se volvieron a ver jamas!-
-Te prometo que nunca voy a romper ninguna regla Oliver- dijo will mientras se ponía un brazo en él pecho haciendo señal de que no rompería la promesa
-yo tampoco romperé ninguna regla, después de todo ¿Quién querría hablarles a los vivos?, es una promesa Will-
Así los dos amigos fantasma siguieron su camino por un pasillo de la institución esperando ansiosamente el inicio de la siguiente semana para asustar por primera vez a un humano real.
Mientras eso pasaba con los fantasmas, en el mundo de los vivos una joven chica de 16 años con pelo largo y castaño, ojos ámbar y la tez un poco morena llamada Irene Montero llegaba a su nuevo hogar.
-Abuela ¡es una casa preciosa! ¿Como lograste comprarla!-
La abuela rió un poco y contesto -estaba muy barata la casa, cuando la vi me enamore de ella aunque creí que estaría muy cara pero cuando él vendedor me dijo él precio no dude en comprarla, solo $900,000-
-¿no crees que es algo raro que una casa así valga tan poco?-
-si, es un poco extraño pero era para lo único que me alcanzo y además nos entregaban las escrituras muy rápido-
-bueno, si te gusto esta casa quien soy yo para impedirte vivir aquí, además tal vez te la vendieron así por él estado de la fachada, han de haber pensado los dueños que necesitaríamos él dinero para poder arreglarla-
La chica y su abuela entraron a la casa, sus muebles llegarían en uno o dos días, la joven Irene fue a explorar la casa, subió las escaleras que rechinaban reforzando así la teoría del precio de la nueva casa, al final del pasillo había una puerta, decidió abrirla y se encontró un lugar que la impresiono, era una habitación amplia que estaba muy iluminada, tenia un balcón que daba a un bosque cercano el único mueble que estaba ahí era un pequeño ropero que parecía digno de una princesa medieval, al verlo se imagino como seria la vida que podría llegar a tener ahí y pensó si al igual que las princesas de los cuentos encontraría al chico perfecto y este seria su amor verdadero.

Lo que ambos chicos no sabían es que al destino le encanta dar vueltas y enredar los caminos de diferentes personas.