Se me están acabando las ideas. Ya no encuentro calidez en mis palabras. El silencio me consume y mi interior está cada vez más vacío. Son sólo palabras que flotan a la nada. Sin ton ni son. Con telarañas. Aquellas que están tejidas con el riesgo a que me escape y de rienda suelta a la locura.
Una maraña de ideas que no tienen principio ni fin. Un nudo sonoro las comparte, y ata y desata en el sueño. Un nudo llano e insípido, sin vértebras ni huesos para aplacar el dolor. Porque es un doloroso son el que acarrea el viento y mece el mar. Un mar de emociones que se lleva la brisa de invierno, un mar de nostalgias que arruina el sonido.
Y el verano llega. Y las hojas marchitas vuelven a nacer, vuelven a mecerse dentro de mi pecho como si quisieran volar. Y esas hojas son mi espíritu, que en llamas combate sin parar al enemigo. En silencio se apaga. En silencio me rindo. Y vuelvo a levantarme. Más allá de la incomodidad de los músculos que luchan por moverse, por mecerse. Como las hojas marchitas que vuelven a nacer, como si quisieran volar. Como si yo quisiera volar.
L.
ESTÁS LEYENDO
Poesías y Escritos
De TodoEn éste apartado se pueden apreciar poesías cortas de mi autoría. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio electrónico o mecánico, sin autorización por escrito del autor.