ÉL

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Él era generoso,
comprensivo,
le tenía afecto,
le tenía cariño.

Hace poco observé
que no era así sólo conmigo,
todas hablaban
de qué era un "amorcito".
No sólo escuchaba mi llanto,
no sólo escuchaba mis problemas,
sino que me hacia sentir querida,
me hacia sentir con fuerzas.

Le he dado libertad
para qué vaya con las demás,
a escuchar sus problemas,
pensando "volverá".
No me ha extrañado,
no me habla ya,
no soy nadie importante
y nunca me amará.

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