El día se avecinaba, yo te escribía lo mejor posible para que tus mañanas fuesen lindas, sé que no encontrarás a alguien como yo, una persona cálida, sencilla, respetuosa, amable, bondadosa en fin, no puedo resumirme saldría extensa en palabras. Llegaba la tarde, mi corazón se potenciaba al ver los mensajes tuyos, mensajes que alegraban mi ser completamente, ser bueno, ser bonito del cual tu hacías que yo me transformara, nunca quise algo material de parte tuya, con sólo que estuvieses ahí a mi lado, mis brazos rodeando tu torso, tu mejilla contra la mía ya eran un gran regalo para mí, tan sólo oírte hablar de cuan maravillosa era nuestra relación era otra parte del regalo que siempre recibí. Yo estuve muy completa porque contigo no me faltaba nada, la tensión al verte era inmensa mi corazón palpitaba rápido, una corriente de amor recorría por todo mi cuerpo, mis ánimos estaban en orden, yo me perdía en tu fragancia dulce y pegadiza, me endulzaba de tu amor. Hoy solo espero que algún día llegaras a leer esto que jamás pude decirte, palabras que se quedaron en lo más profundo de mí, serás el regalo de alguien con quien te topes en tu vida, un regalo que es difícil de hayar.
