Los días pasan como los amores pasajeros que dejaron en mí una gran ilusión de la cual quedan experiencias, experiencias de las que daré gracias en un futuro porque marcarán la línea que hay entre ser mejor persona a ser peor persona. Los amores antepasados quedarán en una nube de archivos vividos y momentos felices, pero no sólo podemos vivir del pasado aunque se atraviesen los recuerdos cada instante y terminen agotando la felicidad que cargas en él presente. Presente del cual vives y futuro del cual ansioso estás por saber que depara tu vida en él, la realidad es que no se sabe pero nos creamos una vida imaginariamente de la cuál no estamos convencidos de que sucederá, tan sólo es como él boceto de un pintor que no sabrá que tan bonito quedará su cuadro en mucho tiempo, tan sólo es dedicación y empeño. Él cuadro que hay en nuestra mente en el cual están sólo cuatro paredes y hay que redondear-lo para no chocar con sus esquinas, pasa como en él amor, si tu te quedas en tu zona de confort no lograrás conseguir ese alguien que no se parezca al amigo de la esquina, es así como funciona este sistema. Tal vez muchas personas tengan ya otra idea de lo que planteo pero para mí es lo más ejemplar que hay.
