- Relájate - Le susurro al oído. Podía sentir su cálido aliento aun a través de la bufanda que le tapaba las orejas, la nariz y la boca.
- Deja que el frío te envuelva, que sea tu aliado. El frío puede ser un enemigo, si, pero si llegas a conocerlo y respetarlo puede ser tu mejor aliado... como lo fue de nuestros antepasados.
Llevaban allí varias horas. Ella se sentía helada después de pasarse todo ese tiempo tumbada en la nieve, entre aquellos arbustos. El bosque se extendía infinito a través de aquella capa de blancura y no se alcanzaba a ver el final de la línea de árboles. Después de un tiempo se había acostumbrado al frio y había dejado de tiritar. Ahora tenía dificultad para sentir sus extremidades.
Un crujido en la distancia. Casi imperceptible. El sonido del ramaje al desplazarse algo entre ellos. Unos grandes cuernos en la espesura.
- ¡Padre! ¡Un reno!
- No te excites. Y no levantes la voz. Un buen tirador no deja que la adrenalina del momento le controle y le altere, ni siquiera ante la perspectiva de matar o de ver tu vida en riesgo. Eso es lo que distingue a los tiradores de verdad de aquellos que solo juegan a ser francotiradores.
Como siempre, hablaba sereno. No se alteraba. Aunque estuviera enfadado y decepcionado siempre reprochaba de ese modo, casi como una maquina... y eso era algo que a ella le sacaba de quicio. Parecía como si nada le importara. Aunque ella sabía que eso no era verdad, o de lo contrario, no estarían allí aquel día.
De entre los helechos nevados asomo una cabeza astada de color marrón oscuro. Se detuvo al instante, intentando percibir amenazas escondidas entre los altos arboles de coníferas que llenaban aquel paisaje blanco. Meneo ligeramente la cabeza con sus poderosas astas a un lado y a otro, deteniéndose y levantando las orejas para escuchar a su alrededor el más leve ruido para salir huyendo apresuradamente si fuera necesario. Ella apretó ligeramente la vieja arma, heredada desde los tiempos de su bisabuelo.
- Cálmate. Toma un poco de nieve y colócala alrededor de tus labios. Así evitarás que se vea tu aliento al respirar.
Ella le hizo caso... como en todo. Al fin y al cabo, por eso estaban allí. Siempre había querido complacer a su temperamental padre. Lo único que ella necesitaba era la aprobación de él. Un simple apretón de sus poderosas manos sobre su hombro y una mirada de orgullo hubieran bastado.
- Respira muy suavemente. No dejes que la situación te domine. Deja que tus pulsaciones bajen hasta que apenas puedas sentirlas.
Escuchaba atentamente cada una de sus palabras, y seguía todas sus indicaciones al pie de la letra, pero no dejaba de sentir compasión hacia aquel desafortunado animal. Nada le había hecho y no deseaba acabar con su vida. Sentía dudas...
- Observa el objetivo a través de la mira. Sigue todos sus movimientos e intenta adelantarte a sus acciones. Observa cómo se mueve, como camina, las pausas que hace. Aunque sus movimientos sean erráticos o improvisados, si conoces su forma de moverse, podrás adelantarte a sus acciones. Entraras en la mente del enemigo.
Se equivocaba, pensó ella. Aquel animal no era ningún enemigo. Era un animal indefenso a punto de morir por una simple cuestión sentimental. Empezaba a arrepentirse de su decisión... pero ya no había vuelta atrás... solo podía hacer una cosa.
- Acaricia suavemente el gatillo. Deja que se asome y muestre el cuerpo
El animal siguió avanzando paso a paso y salió de entre los helechos, mostrando todo su poderoso y majestuoso cuerpo, robusto y fuerte, deteniéndose y agachando la cabeza para escarbar en la nieve y buscar las pocas briznas de hierba que pudieran quedar tras las heladas de invierno.
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RUSALKA
FanfictionA pasado un tiempo desde que Sinon y Kirito vencieron al asesino Death Gun en Guns Gale Online. Ahora ellos dos junto a Azuna y el resto de sus amigos se relajan y divierten en ALfheim, sin embargo un jugador misterioso llega Guns Gale y se dedica a...