-Dongwoon ya dejalo- suplicó uno de sus amigos al ver como el pobre rubio caía al suelo... Ya no se retorcía de dolor como minutos antes y su respiración se oía muy pesada.
No se veía muy bien.
Y lo que era peor, Dongwoon parecía no querer parar.
-No seas estúpido Leo, solo le estoy dando a esta pequeña putita lo que se merece- se acercó hacia el cuerpo tirado en él suelo y se subió a horcajadas, solo para propinarle otro puñetazo en el rostro.
Leo cerró los ojos, para no presenciar aquel doloroso impacto.
-Si sigues así vas a matarlo- agregó, preocupado.
Donwoong se hizo oído sordos, y volvió a propinarle un puñetazo al demacrado cuerpo, solo que esta vez en el estómago, haciendo que los pálidos labios tocieran sangre con mucho esfuerzo.
-Creí que lo habías citado aquí para al fin declararte, no para moler al pobre chico a golpes- dijo la persona que había estado observando todo ese tiempo en silencio, Jiwoon. -Yo no me quedare aquí, no seré testigo de como terminan de matar a un niño, me largo-.
Leo observó como el otro chico efectivamente se retiraba y dirigió la mirada una vez más hacia Dongwoon.
Suspiró.
-No entiendo, si te gusta el chico, ¿Por que intentas matarlo?-
Dongwoon aún estando encima del cuerpo inconsciente, miró a su amigo con una cara asesina -No me gusta el mariquita, vuelve a repetirlo y tu serás el siguiente-.
Leo desvío con miedo su mirada de los ojos del mayor y la dirigió hacia el cuerpo que estaba tendido en el piso.
Estaba pálido, sin nada de color y no parecía estar respirando... Un escalofrío recorrió su columna.
¿Acaso ya estaba muerto?
No, definitivamente él no quería seguir siendo parte de esto.
-Como quieras, yo también me largo- dijo emprendiendo su camino pero luego se volteó una vez más hacia el mayor - Solo... Solo recuerda que si él ya esta muerto, es solo por tu culpa- y se marchó lo más rápido que pudo, aquella escena le estaba empezando a dar nauseas.
Dongwoon chasqueó la lengua al observarlo marcharse -Cobardes- murmuró.
Sus dos amigos resultaron ser unas gallinas, típico.
¿Muerto? Por favor, el chico no podía estar más vivo.
Observó la agolpeada cara del menor debajo de su propio cuerpo, si se le veía un poco mal... Pero era su culpa, él no debió empezar a salir con ese tal Kim Jonghyun.
Porque él había jurado que Kim Kibum no iba a ser de nadie, no mientras él viviera.
Kibum era un maldito estorbo en la sociedad y nadie merecía el castigo de estar con él.
Se había prometido a sí mismo asegurarse de que Kibum viviera y muriera sólo.
Así que iba a cumplir su promesa así tenga que matarlo.
Oyó un quejido provenir de los partidos labios y supo que no se había equivocado, el chico estaba más vivo que muerto.
Asi que levantó una vez más su puño para darle al menor la bienvenida a la conciencia nuevamente...
Pero su puño nunca llegó a impactar con el suave rostro.
~
Corría lo más que podía, con el corazón encogiéndose con cada paso que daba, nunca había sentido las gradas tan lejos.
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•Ahora Es Mi Turno• [Jongkey]
FanfictionKim Jonghyun solía ser un niño muy timido e inseguro de si mísmo, y como concecuencia era el "hazme reír" de la clase. Detestaba su vida de mierda. Hasta que llegó él, con su sonrisa de Ángel, a salvarlo de su misería y a protegerlo de las escorias...