-¡Oye!- decía un pequeño pelinegro de trece años mientras veía a su mejor amigo de doce, escondido en un rincón de la casa del árbol que con tanto esfuerzo ambos habían construido tiempo atrás -¡Gatito!- el pelinegro intentaba llamar la atención del otro, pero este se rehusaba a levantar su cabeza que estaba oculta en sus piernas dobladas.
El pelinegro suspiró mientras se acercaba al pequeño bulto que se encontraba en la oscuridad de aquel rincón, también era difícil para él, después de todo despedirse de su mejor amigo y su héroe personal no era algo sencillo.
Con pasos sigilosos tomó asiento al lado de su amigo rubio, y este, al sentir el calor que emanaba Jonghyun, no pudo evitar tirarse a sus brazos mientras las lágrimas escapaban de sus ojos.
El pelinegro sin objeción alguna, lo estrechó entre sus brazos sintiendo como el otro tenía pequeños espasmos debido al llanto.
-¿Por qué me dejas?- preguntó el rubio lastimosamente aún escondido en el pecho del mayor.
El pelinegro mordió su labio intentando contener las lágrimas que también querían salir de sus ojos, le dolía, ¡Vaya que le dolía! Pero no debía llorar, debía mantenerse fuerte, Kibum ya lo había sido por bastante tiempo y ahora era su turno.
-No será por mucho- intentó tranquilizar el mayor.
-¡Mientes!- exclamó Kibum empezaba a dar pequeños golpecitos con el puño cerrado en el pecho del mayor -Estás mintiendo- susurró quedito dejando lentamente de golpearlo para después agarrar con fuerza la camiseta que portaba, que ya estaba empezando a empaparse con sus lágrimas -Si será por mucho sniff.... y sniff... y lo sabes-.
Jonghyun sin poder evitarlo volvió estrechar al rubio en sus brazos, era la primera vez que lo veía en ese estado, verlo así le partía el corazón, ¡Mierda! El rubio se veía tan desprotegido...
Justo como se veía él antes de conocerlo, cinco años atrás.
-Yo...- volvió a hablar el pelinegro pero al ver que el rubio no lo había escuchado, con ambas manos tomó cuidadosamente su rostro, alzandolo para conectar sus miradas -Mirame cuando te estoy hablando, gatito- dijo suavemente mientras limpiaba con sus pulgares las lágrimas que se encontraban en el rojo rostro del menor -Yo voy a volver por ti, así que no llores- Kibum hizo un pucherito de lo más lindo y Jonghyun no pudo aguantarlo más...
Lo besó.
Tres segundos.
Tres segundos había durado el beso antes de que el mismo Jonghyun se separará.
Kibum aún podía sentir lucidamente los labios del mayor sobre los suyos.
Y cuando finalmente se dio cuenta de que ya había terminado, escondió su rostro nuevamente en el pecho del pelinegro.
Se había avergonzado.
Por otro lado, Jonghyun dejó escapar una sonrisa de bobo, ¡Lo había hecho! ¡Había logrado besar a Kibum antes de marcharse! Inconscientemente apretó más el abrazo que mantenía con el rubio pero entonces escuchó su tímida voz.
-¿Lo prometes?- susurró el rubio escondido en el pecho del mayor, para luego levantar inesperadamente el rostro y mirar a el pelinegro directamente a los ojos -¿Prometes que volverás por mí?- preguntó tratando con todas sus fuerzas de no volver a echarse a llorar.
Jonghyun los primeros segundos lo miró sorprendido, pero luego le dedicó una sonrisa tranquilizadora -Lo prometo- dijo.
Kibum volvió a respirar tranquilo, sabía que su vida no volvería a ser la misma sin su puppy en ella.
ESTÁS LEYENDO
•Ahora Es Mi Turno• [Jongkey]
FanfictionKim Jonghyun solía ser un niño muy timido e inseguro de si mísmo, y como concecuencia era el "hazme reír" de la clase. Detestaba su vida de mierda. Hasta que llegó él, con su sonrisa de Ángel, a salvarlo de su misería y a protegerlo de las escorias...