Capitulo 1: La ultima esperanza.

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-Debes hacerlo Jihoonie eres nuestra única salvación ante esto-

Suspire mirando a la persona sentada frente a mí, mi propio tío la persona que durante todos estos años había sido como mi padre; verlo allí con su lujoso traje negro me hacia darme cuenta de lo mucho que habíamos cambiado, tome el vaso de agua que estaba frente a mí en aquella mesa de lujosa madera y sonreí resignado.

-Bien lo haré, pero si no les hizo caso a ustedes, ¿Cómo porque debería hacerme caso a mí?-

Mi tío sonrió de lado, como cualquier persona que sabe la respuesta a mis torpes preguntas haría; sin duda, este hombre conocía todo sobre nosotros. Se levantó de su silla y se acercó a mi lado poniendo una mano sobre mis cabellos, los desordeno como siempre solía hacerlo cuando era niño.

-Eso es fácil querido sobrino, eres su mejor amigo, el joven Seungcheol sin duda daría su vida por ti-

Negué de manera enérgica... quite la mano de mi tío que se había mantenido en mi cabeza mientras hablaba, en verdad solo porque yo y Cheol éramos amigos íntimos me iban a lanzar a mí como ultimato, sin duda la familia Choi debía estar desesperada para recurrir a esta clase de chantaje.

-Bien, lo haré, pero te advierto que no garantiza que él lo acepte; sin embargo, le insistiré porque me lo pides y sé que el señor Choi necesita de su sucesor-

Sin decir más me levante de la silla y me gire en dirección a la puerta para salir de ahí, odiaba haber perdido mi hora del almuerzo en casa de la familia Choi, y todo gracias a mi querido tío y al idiota de mi mejor amigo terco. Salí de la casa con mi estómago gruñendo y me dirigí a la salida dispuesto a irme cuando alguien me toco el hombro, por inercia me gire y atrape su mano haciéndole una llave en la muñeca, el contrario soltó un quejido con una voz que yo sabía reconocer a la perfección.

-Idiota casi me matas del susto, ¿Qué crees que hacías Mingyu? Sabes que no debes sorprenderme-

El gigante moreno que estaba frente a mi lloriqueaba por su muñeca así que solté su mano y deje que fuera libre de mi ira, me miro con un puchero y ojos de cachorro buscando mi perdón, simplemente sonreí y me disculpe por casi romper su mano.

-Hyung eres realmente malo, yo solo quería preguntar si le daba un viaje a la universidad ya que también voy a la misma- me hizo un tierno puchero y yo me sentí mal, ahora si me había pasado.

-Lo siento Gyu, sabes que cuando no me alimento y duermo mal estas cosas me pasan, no era mi intención casi quebrarte la muñeca, agradecería mucho que me llevaras a la universidad salvarías mi vida-

Sonreí ampliamente dejando que mis ojos se cerraran en el proceso y escuche un quejido de emoción, este poste media casi un metro ochenta y tenía cara de adulto, pero viéndolo bien era realmente un niño, justo como la gran mayoría de hombres aquí.

Una vez en la motocicleta de Mingyu, nos pusimos cascos y arranco en dirección a la universidad de Seúl, mientras avanzaba me encontraba perdido en mi mundo, pensando cómo decirle a Seungcheol sobre su posición, sin notarlo me perdí recordando cosas de nuestra infancia.

Seungcheol y yo nos conocíamos desde el jardín de niños, por alguna casualidad del trabajo de mi padre viajamos desde Busan hasta Seúl para trabajar para la familia Choi, la familia que dirigía una de las 3 mafias más poderosas de Seúl, Seungcheol y yo crecimos juntos entre entrenamientos, disparos, muerte y sangre; sin embargo, también entre pijamadas, películas, juegos y secretos; cuando entramos a la secundaria Cheol y yo nos volvimos aún más unidos pues por esa época mi madre debió viajar a Busan a ver a mi tía que estaba grave, mi tío Pil Mo quien era mi padre básicamente se fue con ella yo me quede en casa de los Choi con los demás miembros de la mafia por 3 meses.

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