Ex- Boy (Mini fic)

-2- Youngjae

-2- 

"¿escuchaste quien volvió a la ciudad? Si, tu ex está de regreso ¿estás listo para admitir que eres un tonto e ir a verlo? Deberías"

Se sentó en su cama dejando caer el teléfono sobre la almohada, el mensaje de voz que acababa de enviarle su amiga más que alegrarlo lo deprimía, él sabía que ella buscaba eso. No era mala, era en si su mejor amiga y por eso mismo lo hacía, Wee in había estado lavándole la cabeza-o intentándolo al menos- desde que cortaron, Youngjae sabía que en parte tenía razón. Daehyun había sido por lejos el mejor novio que había tenido, no era solo por la forma de ser para con él, era el hecho de que era un chico dulce, talentoso y una muy buena persona. Él no quería mencionar su atractivo, bien debía saber el chico de labios gruesos lo atractivo que era pero no era por eso que él se había interesado en el mayor.

Solto un suspiro poniéndose de pie, llevaba su pijama puesto, pantalones negros con un buzo haciendo juego, un pequeño logo delante como único distintivo. Sabría que tendría frio, aun así fue hasta su balcón abriendo la puerta de vidrio que dividía el frio exterior de su cálido piso, salió cerrando la puerta, no quería que la calidez se esfumase pero en verdad necesitaba pensar. Apoyo sus brazos contra la baranda, su vista se perdía en el paisaje urbano ¿Cómo podría pasar de largo ese día? el mayor había decidido regresar justo ese día ¿Sería una casualidad? Hacia un año esa misma fecha el había entendido que su ex compañero de taller, el chico mayor insoportable – como le gustaba llamarlo- se había colado bajo su piel e invadido su mente de forma poco esperada. No era el mejor en negar las cosas y cuando aquellos pensamientos llegaron a él como un ferrocarril no pudo más que aceptarlos. Luego de eso empezaron a cruzarse, agradeció tanto a los amigos del mayor por incluirlo y darle motivos para acercársele, en verdad espero por meses hasta que las cosas por fin pasasen. Él era el primero en admitir que no era bueno en demostrar las cosas, podía reconocer lo que sentía y lidiar con ello, pero de ahí a manifestarlo era un gran paso. Jamás espero ser correspondido ni que los brazos del mayor se sintiesen tan cálidos, alzo la vista soltando otro suspiro.

-regreso- su corazón latía de prisa al pensar en ello, hacia solo una hora había regresado de otro intento fallido, el chico en esta ocasión había sido gracioso y agradable- no era el, nadie es tan gracioso como el- cerro sus ojos sintiéndose un tonto ¿Por qué seguía haciéndose eso? Salía con diferentes chicos cada semana, había tenido 5 citas con 5 chicos diferentes desde que terminaron y todas terminaban igual. No podía aceptar su mano, no podía dejar que lo besen, simplemente no podía. Ninguno era tan dulce como el, tan gracioso como el, tan atractivo o sonreía tan bien. Sacudió la cabeza tratando de aclarar sus pensamientos, sabía que su amiga lo torturaría con su presencia al día siguiente, era el tipo de persona insistente que él no necesitaba en ese momento.

Desde que rompió su relación todos parecían juzgarlo, entendía sus posiciones pero en verdad se había cansado de oír siempre lo mismo.

"hacían una hermosa pareja, no entiendo porque rompieron"

Quizás ese era el problema, ellos eran perfectos el uno con el otro, eran románticos, amables, directos y muy cercanos, todos en la universidad sabían de su relación y varias personas se llegaron a manifestar su envidia ¿Cómo podían ser tan perfectos e imperfectos a la vez?

Eran como una burbuja de jabón, alzándose con la brisa esperando el momento de reventarse.

Recordó las palabras que dijo cuándo le pidió romper y la mirada vacía que le dio el mayor, en el fondo el había esperado que este se opusiera, que le impidiera dejarlo o dijera que lo quería, lo que sea, pero eso no paso. Semanas antes de decidirlo Jae sentía que iba a terminar así, su inicio había sido conflictivo y su desenlace un cuento de hadas, pero mientras más tiempo pasaban juntos menos seguro se sentía respecto a los sentimientos del mayor. Intento entenderlo y pensar que este le correspondía pero era tan difícil saber cuándo era sincero a cuando mentía.