"AMOLAD no me pertenece, es propiedad de The Snipster"
Las torres de la Fortaleza Fabren se alzaba esplendorosas sobre Ithis, el señor de lo alto residía en la más imponente de las construcciones, la cual cubierta de oro y piedras preciosas reflejaba al ser imponente que vivía en ella, raramente salía de sus aposentos, las visitas de sus "hijos", los dioses, que él había creado, lo acompañaban para rendirle algún informe o hablar de temas importantes, siempre era amable de escucharlos si tenían una duda.
Pero al ser de vida inmortal, los momentos parecían un suspiro, desde su acuerdo con el señor destructor y la división de los reinos, su labor era menos requerida, solo tenía informes bimestrales por parte de Sabiduría, y visitas de su hijo predilecto, Vida.
Tenía poco de que ordeno a Tiempo despertar al dios de la Muerte, las creaciones humanas habían nacido, y los dioses acompañantes del benefactor poseían al fin un propósito con aquellos seres; pero aunque Vida puso empeños en sus "pequeños" estos eran imperfectos, tendían a cometer decisiones equivocadas, y con el paso de los años, como nombro los periodos de vida de aquellas invenciones, estos se multiplicaban.
Y no solo eso, sus almas tendían a corromperse, fue cuando decidió darle un propósito a la creación de él y Nim, el equilibrio del mundo humano debía de ser completado, Muerte cumplía una labor que fue ocultada a Vida, quien era un ser emocional y poseía poder por debajo de los altos mandos, los poderes del "nuevo dios" fueron un secreto que el alto creador mando a callar, principalmente a Médico, quien fue la primera en notarlo*.
Tiempo se negó a su decisión, como su consejero al ser el primero, y con capacidades de visión del futuro, era su confidente fiel, que aquel dejara su lugar de trabajo para comunicarle algo, no eran buenas noticias.
— Tiempo, me intriga tu presencia — la voz imponente de Ithis se escuchó en aquella habitación, frente a él estaba el dios de las eras, oculto detrás de aquella capucha, su apariencia casi tan intangible con la suya misma.
El dios puso ante él la mano del futuro, y pudo mirar por sí mismo que lo había traído ante él; en el reflejo de aquella esfera un ser se erguía, la mente nublada de su hijo predilecto era drenada y la destrucción se abría paso.
— ¡Debes prevenir esto! — Exclamó la voz de barítono de su consejero — Si no confiesas a Vida la verdad, si no llegas a un arreglo con Nim...esto ocurrirá.
Ithis lucia preocupado, estaba asqueado, un hijo de él causando destrucción, era inaudito, nunca aceptaría algo así; pero luego pensó en Muerte, este durmió muchos años dejando a su compañero solo, por culpa de sus malas decisiones.
— Sabes que si confieso la verdad a Vida, no la entendería — soltó las palabras como un suspiro, ante la sorpresa de Tiempo — Perdona Tiempo, pero no, no intervendré, el benefactor debe de saber sobrellevar su destino... alis aquilae, tiene la fuerza suficiente de hacer frente a cualquier amenaza.
— Pensé...que apreciabas a tu hijo verde, pero está bien Ithis, solo soy un lacayo más en tu reino, ya cumplí con mi advertencia — la voz de Tiempo estaba cargada de escepticismo y un poco de rencor, desapareció del recinto de Ithis, quien se sentó en su trono de oro y piedra cuarzo, algún día su consejero entendería cual era el destino que tenía para ellos. Pero solo quedaría esperar algunas eras más.
Como un suspiro, así era los momentos de vida de aquellos dioses, los humanos crecían, las épocas en su mundo pasaban para ellos lentas, pero Ithis eran solo lapsos, pronto las civilizaciones antiguas regían, las poblaciones aumentaban, y los humanos vivían, enfermaban, gracias a los experimentos de Médico, pero no todos y la población crecía a pasos agigantados, fue cuando recibió la visita de su contrario.
Nim dejaba su hogar, hace eones de su pacto, de dividir los tres reinos y continuar con sus labores por separado, tenían un pacto cordial, cada quien una tarea conforme a su capricho de titanes, pero a pesar que la creación de muerte había causado una brecha entre ambos, los lazos de aprecio seguían ahí.
La armadura de Nim que cubría su rostro de estrellas y constelaciones, hizo acto ante el trono de Ithis, ambos se dieron una leve inclinación de respeto, sus temas a tratar siempre estaban en completo hermetismo del resto.
— Me preocupan esas aberraciones de tu "benefactor" Ithis — soltó en aquella junta con tono acido el destructor, Ithis lanzo un suspiro, sabia del desagrado de este, por las creaciones de Vida en la tierra—. Pero después de todo, se multiplican muy rápido, la tierra no es tan basta para mantenerlas lo suficiente, si algo que frene de golpe su vida "mortal", pronto el planeta de tu bebé estará lleno de criaturas patéticas pasando por penurias.
— Tienen poco tiempo, se adaptaran a su entorno — defendió Ithis, intentando ignorar el punto de su contrario.
— ¿Qué tal si no? Piénsalo Ithis... te llevaste a Muerte de mi lado, dándole un propósito que luce inútil ahora, los humanos no mueren tan rápido como pensamos, deben de tener un factor, algo que ponga a un más equilibrio. ..
— ¡Me niego!— lo interrumpió Ithis poniéndose de pie.
— No puedes hacerlo...me lo debes — Nim se quitó la armadura que cubría su rostro, el cabello negro que caía con gracia sobre sus hombros, los ojos rojos lo miraban, desafiante.
— ¡No! — la capucha de Ithis reflejo su forma humanoide, la apariencia titánica desaparecía solo frente al destructor.
— Si te niegas...destruiré todo, desaparece este universo que has hecho, hemos realizado los mismo durante eones, siempre el mismo juego, un constante flujo de no ceder el poder, dame esa ventaja de poder tener un dios con mi esencia, otro además de Muerte— pronuncio con lentitud.
La mirada bermellón se clavó en aquellos topacios enmarcados por el rubio cabello casi tan largo como su capa, definitivamente la lucha de poderes entre ambos no debía ocurrir de nuevo.
— Con algunas condiciones... él vivirá con el resto, destruirá como tú aunque a menor escala, y sus poderes serán menores que los de Muerte y Vida.
— Me parece justo— tendió la mano hacia su contrario, la cual contenía la esencia de Nim en ella, Ithis vacilo, pero al hacer la unión fue una colisión enorme, que alarmo a los residentes de aquel mundo.
Vida corrió hacia los aposentos de su padre, llevando a dos de sus sirvientes, las aves volaban a sus costados como ángeles guardianes, alis aquilae estaba desglosada en su totalidad para defender, pero grande fue su sorpresa al descubrir a un dios diferente en aquella habitación junto a ambos señores, su cabello peinado hacia atrás, ojos rojos como el destructor, y una ropa militar como vestimenta.
— Vida, te presento a Guerra...
Las palabras del alto señor creador retumbaron en la mente de Vida, un nuevo hermano había llegado.
N.A. Bueno, hace meses que no escribía algo serio de los dioses canon, asi que este es mi nuevo proyecto que actualizare cada semana, me he atrasado mucho con el bebé cliché, pero espero poder culminar con estos nuevos fics. Saludos.
Gracias a zadrack por la hermosa portada, va para ti :D
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La guerra y la paz. (AMOLAD)
FanfictionLa historia de Guerra llevo a la separación de Vida y Muerte, un amor olvidado, una venganza consumada. Portada por Niku Hitori