Erick durmiendo

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Para Erick la parálisis del sueño es algo común, la ha sufrido desde hace años y ha aprendido a afrontarla. En las primeras ocasiones que la sufrió, allá cuando tenía unos 14 años, inmediatamente creyó que debía ser algún tipo de mal sobrenatural. Esa creencia es común entre las personas que lo viven por primera vez o en pocas ocasiones. Pero para él no fue así. Si bien hay periodos de mayor o menor presencia, el promedio está en dos veces al mes y cuando estas tan en contacto con algo, te desensibilizas. Es semejante al fanático del cine de terror, que ha visto tanto monstruo asqueroso y tanta muerte sangrienta, que ya no puede verse impresionado por las películas nuevas, por mucho que se esfuercen en ser gráficas. Es difícil tenerle miedo a algo que has enfrentado varias veces y salido sin perjurio alguno.

Actualmente, como un adulto joven de 23 años, y como estudiante de psicología, ha desarrollado lo que podríamos llamar: una mente científica. Aunque también podríamos explicarlo como una banalización de los hechos. El caso es que Erick se preocupa más por ver qué puede averiguar sobre los sueños revisando sus casos de parálisis, que de ver cómo hace para que dejen de ocurrir. Así que se ha dedicado a investigar sobre sus propias parálisis del sueño, registrando patrones, detallando sucesos y teorizando explicaciones. En fin, lo importante es que él conoce muy bien las señas que indican que se encuentra dentro de lo que llama "sueño paralizante". La primera de estas señas es la más obvia, no se puede mover con libertad, en ocasiones le es imposible, en otras puede hacerlo con gran esfuerzo, pero en todas, el movimiento es restringido. La segunda característica es que el cuarto donde se encuentra está oscuro, aunque si puede ver todas las cosas que le rodean, como si pudiera verlas con su mente. La tercera es que existe una presencia que de alguna forma es la culpable de que no se pueda mover, generalmente es incorpórea, pero en ocasiones toma forma física. La cuarta es que le es imposible hablar, a lo mucho puede generar algún ruido, como un grito apagado, pero nunca hablar.

En este momento Erick se encuentra en uno de esos sueños paralizantes, o tal vez no, porque siente que algo no cuadra. Las cosas generales están allí. Se ha "despertado" en su cama, no puede moverse en absoluto, el cuarto está oscuro como la noche, pero aun así puede ver lo que le rodea. No hay ningún ruido exterior. También está una presencia, en este caso ha tomado la forma de una persona. Es un joven, menor que Erick, por su apariencia puede tener 16, delgado, moreno y con el pelo tan corto que casi parece rapado, pero una capa de negro se asoma entre la piel indicando que nuevo pelo germina. El joven está vestido sólo con un pantalón de mezclilla claro, con detalles de desgaste en las rodillas. y una camiseta blanca de tirantes, de las que se suelen usar por debajo de alguna camisa más formal. Se encontraba de pie, recostado contra el armario, al lado izquierdo de la cama. Tiene una expresión sosegada, y una postura que transmite tranquilidad.

— Presentí que hoy tocaba. Que picha -dijo Erick viendo la situación en la que se encontraba.

Le tomó unos momentos darse cuenta, pero al notarlo fue un impacto tan grande que de todas formas quedo sin habla. Acababa de hablar, lo anterior lo dijo, no sólo lo pensó. Había salido de su boca. De inmediato tuvo un segundo impacto, se dio cuenta que no es que no pudiera mover su cuerpo, sino que no lo sentía. Podía mover su cabeza libremente, pero el resto de su cuerpo, es como si no estuviera ahí. Instintivamente volvió su mirada sobre el joven en el armario.

—Hola Erick, quiero hablar contigo -el joven habló, el grueso de su voz no cuadraba con su edad aparente.

Un tercer impacto le azotó, aún más fuerte que los anteriores. Era la primera vez que la entidad le hablaba en un sueño paralizante. Su mente se llenó de terror y por un momento no fue capaz de pensar en nada. Mientras veía fijamente al joven junto a su armario, recordó la teoría en la que había estado trabajando desde hace unos meses. La teoría era sobre la posibilidad de que lo que él llamaba sueños paralizantes fueran una combinación de ocasionales parálisis del sueño junto con sueños propiamente dichos, pero que imitaban la estructura de una parálisis del sueño. Es una idea que había estado manejando, pero debido a que no ha podido pensar en una forma fiable de demostrarlo, no ha podido avanzar en ella. En cualquier caso, ese pensamiento no duró más que un instante, porque en su mente seguía prevaleciendo el miedo.

Dueños de Algo Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora