One Shoots

kian lawley [ let the game begin ]

kian pov

La mañana era silenciosa; habíamos decidido tomar una aventura espontánea y ahora nos encontrábamos en un motel en el medio de la nada. ____ dormía plácidamente sobre la cama, sin camisa, ni pantalón, solo unas bragas rosadas que cubrían su parte íntima. Observe a la que se suponía que fuese mi mejor amiga unos segundos; estaba locamente enamorado de ella, totalmente, tal vez un poco obsesivo.

Ella era hermosa, realmente lo era, tenía unos ojos azules que cada vez que los veías, podías recordar esa vez que fuiste a la playa cuando niño y solías sentirte libre, sin preocupaciones, solo tú y el mar; y así era ella, era como el mar, libre, independiente, nadie podía detenerla y el que intentase hacerlo, sería simplemente llevado en su corriente.

Me sentía mareado, confundido, embriagado en su cuerpo. Ella era todo lo que quería, pero no podía tener.

Había tratado de confesarme millones de veces, en esas múltiples aventuras que teníamos cuando mi teléfono sonaba en la madrugada y era un mensaje de ella, diciendo que se sentía perdida, que quería irse de esta ciudad; yo simplemente subía a mi auto y la llevaba a donde quisiese, era su esclavo, haría cualquier cosa por recibir algo de ella; pero eso no pasaba, ella solo sonreía y llevaba su cigarro a los labios diciéndome "estás totalmente fuera de estilo".

Había besado sus labios, muchísimas veces,pero en todas estábamos borrachos, con el humo en los pulmones y el hennessy en la garganta, yo no quería esto; quería poder despertar y besarla, quería poder tenerla entre mis brazos y poderle susurrar las palabras de amor que nunca le dijeron, quería hacerla mía sobre la cama de mi habitación, una y otra vez, hasta que en la mañana no quisiera levantarse de la cama, quería poder así todo eso con libertad, pero no podía; nunca podría.

La vi despertarse, removiéndose entre las sábanas de este motel barato, con el pelo despeinado y ojeras debajo de sus ojos; de todos modos seguía viéndose hermosa. Deje mi cigarillo encendido en la esquina de la ventana abierta, y me fui alejando de esta misma mientras me acercaba a ella; dibujo una sonrisa soñolienta en sus labios mientras me observa con cariño; quería besarla, ahora. No lo hice, solo me acerqué y le tire la camisa más cercana que hubiese y luego me aleje al pequeño baño, donde lave mi rostro y luego me senté en el retrete cerrado, encendiendo otro cigarillo y llevándolo a mis labios, dándole una calada profunda.

Pude ver su sombra como se levantaba de la cama matrimonial y se ponía la camisa, pude ver su cuerpo que se delineaba en las sombras; me sentía tan ansioso, amarrado, egoísta, quería tenerla entre mis brazos con tanto deseo, poder besar sus labios sin luego sentirnos incómodos, quería todo, todo de ella.

Se acerco al baño y se recostó en el umbral de la puerta, mirándome con un pequeño sonrojo en las mejillas; se veía tierna, pequeña, inocente.

- pensé que me darías un beso de buenos días - murmuró en una voz soñolienta, mientras se acercaba y se sentaba en una de mis piernas, robándome el cigarillo de las manos y llevándolo a su boca

- sabes que no haré eso, no somos nada, lo has dejado claro - dije, mirándola soltar el humo de sus labios rosados, ella me observó unos segundos para luego soltar una sonrisa de medio lado

- lo sé, kian, no debes enojarte - dijo para luego levantarse y irse moviendo sus caderas, con el cigarillo rendido entre sus dedos

La vi buscar entre las ropas que descansaban en el suelo su mahón, que luego se lo puso con rapidez para empezar a abotonarlo. El cigarillo ahora descansaba entre sus labios y su cabello caía tímidamente por su rostro; la quería, la quería demasiado.